El 35,1% de los 2,4 millones de personas que atiende Cruz Roja en España , más de 842.000 ciudadanos, no pueden afrontar gastos médicos como la compra de los fármacos que ya no cubre la seguridad social o el copago de los mismos, y el 1,5%, más de 36.000 personas, carece de tarjeta sanitaria, es decir, no tiene derecho a la atención primaria o a un especialista.
Así se desprende del boletín sobre vulnerabilidad social 2013 elaborado a partir de 1.000 encuestas a una muestra representativa de los beneficiarios y presentado este jueves por el coordinador general de la institución, Antoni Bruel, quien ha destacado que si hay salida de la crisis, los usuarios de Cruz Roja "no lo notan" porque "hay más pobreza, se está cronificando" y "los más vulnerables lo siguen siendo".
El documento indica que el número de personas atendidas por Cruz Roja desde 2008 se ha incrementado un 166% hasta 2,4 millones, de los que el 84% está en riesgo de pobreza y el 38% afronta una situación de privación material severa. Además, el 64,5% carece de prestaciones, el 65% está en paro -tres de cada diez desde hace más de un año- y de los que trabajan, el 81,8% son pobres. En el 41% de todos estos hogares en riesgo de exclusión hay niños.
Sobre el acceso a la salud, destaca que el 35,1% de los 2,4 millones de beneficiarios de Cruz Roja "ha tenido dificultades económicas para cubrir gastos relacionados con su salud en el último año", siendo las más frecuentes "no tener capacidad para pagar medicinas que ya no cubre la Seguridad Social", no poder pagar al dentista y no poder "hacer frente al copago de medicinas".
En cuarto lugar, las personas manifiestan "miedo a contraer deudas por la atención sanitaria y, en quinto puesto, dificultades para pagar su atención psicológica, pero hay más: hay personas que no pueden pagar la ambulancia que necesitan para acudir al tratamiento, que no se pueden permitir una silla de ruedas o una prótesis, que han sido "facturadas" por ir al médico o que no pueden pagar las medicinas en el hospital. En torno al dos por ciento ha decidido no atenderse.
Asimismo, el 1,5 por ciento de las personas atendidas no tienen tarjeta sanitaria bien porque la tuvieron y no han podido renovarla, bien porque se la denegaron al solicitarla, buen porque se encuentran en situación irregular, como lo están los inmigrantes que carecen de permiso de residencia. Esto significa que 36.000 beneficiarios de Cruz Roja sólo podrían ser atendidos en urgencias, pues salvo niños y embarazadas, no tienen derecho a nada más tras la reforma sanitaria.
PEOR SALUD Y PEOR COBERTURA ENTRE LOS MÁS VULNERABLES
Por edades, el grupo con más dificultades para costearse gastos médicos fue el de 36 a 64 años. El 33,2 por ciento de quienes tuvieron estos problemas no acudieron a nadie en busca de ayuda, un 27,2% recurrió a familiares, un 17,4% a Cruz Roja, un 11,4% pidió ayuda a sus amigos y un 8,7% decidió no seguir el tratamiento que se le había pautado.
El problema se acentúa en los hogares con miembros en edad activa que se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión (AROPE), el 93% de los atendidos por Cruz Roja. El 45% de estas personas tienen dificultades económicas en relación con la atención de su salud, como para pagar al dentista (el 25% no puede), costear medicinas que ya no cubre el sistema (23%) o afrontar el copago (19%). El 12% tiene miedo a contraer deudas y el 8% no puede permitirse el psicólogo. En el 52% de estos hogares hay niños.
El informe muestra que esta población con más dificultades para costearse la atención sanitaria es también la que más la necesita, pues concluye que "hay evidencia estadística suficiente para afirmar que los factores de desigualdad influyen negativamente en el estado de salud de estas personas". Por ejemplo, las enfermedades crónicas o de larga duración afectan al 34% de los encuestados, el doble que entre la población general.
PRIVACIÓN SEVERA ENTRE LOS MAYORES
Por otra parte, este noveno boletín de Cruz Roja llama la atención sobre el 38% de los hogares que presentan privación material severa: el 60,2% de ellos están encabezados por mujeres solas y en el 45,8% hay niños. En estas familias no se puede afrontar un gasto imprevisto de 600 euros (81,5%), ir de vacaciones fuera de casa una semana al año (73,9%), comer carne pollo o pescado al menos cada dos días (23,4%) o mantener caldeada la casa en invierno (41,6%).
En este grupo están cogiendo peso las personas mayores, que, en palabras de Bruel, "no eran un colectivo vulnerable porque tenían ingresos estables" y ahora, "distribuyen sus ingresos en la familia" para ayudar, convirtiéndose así en "las víctimas indirectas de la crisis económica". Han pasado de suponer un 5,5% de los hogares con privación material severa al 12,1% en un año. En total, el 61% se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión.
Junto a la pobreza sanitaria, los usuarios de Cruz Roja presentan otras dificultades, como problemas de vivienda, que afectan al 27%, ya sean por no poder pagar el alquiler (19%), afrontar los recibos (13,3%) o la hipoteca (3,4%). Además, el 28,7% de los hogares atendidos tienen a todos sus miembros en paro (15,7% en el total nacional), situación que afecta al 79% de las familias monoparentales con las que intervienen.
Europa Press