El 67% del empleo generado en la UE procede de las pyme

Portada del estudio

No es la primera vez que leemos la importancia que tienen las pequeñas y medianas empresas (pyme) como motor del crecimiento económico y la generación de empleo. Es más, este tipo de compañías suponen el 90% del sector empresarial en la UE y la contratación de dos tercios del conjunto de la población activa. O dicho de otro modo, suponen el 67% del total de empleo generado en la UE de los 28.

Esto hace que organismos como el Banco Europeo de Inversiones se vuelquen de manera especial para garantizar su supervivencia.

El fomento del emprendimiento y las ayudas a entidades crediticias son las principales líneas de atención. Dicho esto y dado el papel protagonista de las pyme, no son pocos los estudios desarrollados -principalmente desde que estallara la crisis- para evaluar la evolución de estas empresas que, por lo general, tienen un máximo de 250 personas en plantilla y pueden llegar a obtener unos beneficios de hasta 50 millones de euros anuales.
 
Una de las organizaciones más involucradas en el desarrollo de estudios es la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound Abre nueva ventana), agencia de la Unión Europea, cuya función es aportar conocimientos en el ámbito de las políticas sociales y laborales.

Entre sus últimas publicaciones se encuentra, precisamente, el estudio anual 2015 Abre nueva ventana sobre la creación de empleo por parte de las pyme. La cuestión de fondo es que, pese a ser las grandes impulsoras de los niveles de trabajo, no todos los sectores productivos son bien acogidos o acaban con un final feliz. ¿Qué hay que hacer entonces? El principal consejo: identificar aquellos puntos específicos y comunes transversales a todas las pyme -independiente del sector abarcado- que tienen un fuerte potencial para crear empleo. A partir de allí, desarrollar nuestro negocio aunque suponga lidiar con una fuerte competencia.

¿A qué nos referimos con puntos transversales? Nos referimos a aspectos como la experiencia, la formación y una buena gestión por parte de los propietarios. La preparación, la innovación, la creatividad, la motivación, la implicación, la perspicacia y, por supuesto, la colateral ayuda económica, pueden favorecer el despegue de un negocio próspero.


Breve análisis anual

Según este estudio de Eurofound, la UE parece comenzar a despertar de la somnolencia económica en la que se ve sumergida desde hace cinco años. El empleo agregado se ha incrementado ligeramente desde finales de 2013. "Se ha reflejado un incremento laboral de 4,4 millones de personas entre el primer cuatrimestre de 2013 y el primer cuatrimestre de 2015, el equivalente a un crecimiento anual del 1% aproximadamente".

Asimismo, prosigue el estudio, la tasa de desempleo registrada en junio de 2015 cayó por debajo del 10% de media tomando el conjunto de los 28. España, por ejemplo, creó medio millón de nuevos puestos de trabajo entre el primer cuatrimestre de 2014 y el primero de 2015. Pese a su situación, Grecia también dio un corto pasito adelante en materia de crecimiento laboral para el mismo periodo.

Por el contrario, aquellos países más fuertes cuyas economías han sobrevivido a la crisis, como Finlandia, han reflejado en el último año una breve recesión en su mercado laboral. También es cierto que otros Estados como Reino Unido han sabido adaptarse a las circunstancias, habiendo creado, desde el año 2012, 1,7 millones de nuevos puestos laborales.

Desde 2014, la UE ha reflejado una reanudación del crecimiento neto del trabajo a jornada completa, un indicador de la mayor confianza de los empresarios de cara a las perspectivas del futuro económico.

Obviamente, esta situación es una media extraída del conjunto de los 28, dado que hay 3 millones menos de personas en el mercado laboral en la UE en 2015 respecto a la situación previa a la crisis cuya fecha ha sido establecida en el año 2008. Y las desigualdades en materia de desempleo han oscilado entre el 20% en Grecia o España hasta el 5% en Alemania y República Checa.

Pero ésta es sólo una perspectiva muy general de la situación laboral. Adetrémonos en el verdadero objeto de estudio: las pequeñas y medianas empresas. Como todos sabemos, las pyme no quedaron exentas del golpe de la crisis, aunque con ligeras diferencias en los impactos durante y después de la catástrofe.

Tanto durante el periodo de mayor crisis (2008-2010) como en el posterior (2011-2013), la creación de empleo neto presentó un crecimiento en los trabajos a tiempo parcial. Sólo las pyme con 20 a 49 empleados y sueldos más bajos fueron generadoras de empleo a jornada completa. Tras la crisis, esta última modalidad de contrato (jornada completa) presentó un impulso en los puestos mejor remunerados de las pymes de entre 20 a más de 50 empleados, y en los puestos menos remunerados en las empresas de entre 11 y 19 trabajadores.

Uno de los planteamientos reflejados en el estudio es si puede una pyme joven expandirse fuera de sus fronteras o si, por el contrario, es un paso arriesgado. Respecto a la internacionalización de la actividad de una pyme, la teoría general considera que dicha externalización no debe realizarse hasta producirse un pleno y consolidado establecimiento en el propio país; y, una vez producida dicha estabilización en el mercado interno, comenzar una progresiva exportación a los países vecinos o culturalmente más cercanos.

Algunos datos recogidos por el estudio señalan que el 2,5% del total de las pyme han internacionalizado su actividad, siendo el 12% de éstas empresas jóvenes. La mayoría de estas pyme se enmarcan en el sector servicios, como viajes, transporte o comunicación.

¿Ventajas? Más ingresos respecto a las pyme más jóvenes que sólo trabajan 'en casa'. Pero los sectores también son diferentes, ya que el sector mayoritario de las empresas internas suelen abarcar los servicios sociales, la agricultura y la construcción.

Asimismo, el 45% de las pyme europeas que exportan su actividad afirman tener poca o ninguna competencia, comparado con el 38% de las jóvenes empresas y un tercio del total de las pyme.

En este marco de creación de empresas y empleo ocupa un lugar más importante del que creemos la conformación del gobierno corporativo. Así, subraya el estudio, las pyme familiares son menos dinámicas que las no familiares en términos de creación de empleo. Esto se atribuye al hecho de que los negocios familiares suelen anteponer la sostenibilidad de la empresa a largo plazo y pasar la propiedad a la siguiente generación, al hecho de esforzarse por obtener un rápido crecimiento. El comportamiento en uno u otro sentido depende en parte de la cultura empresarial del país.

Por ejemplo, en Estonia los negocios familiares son incapaces de pagar sueldos competitivos, por lo tienen menos capacidad para atraer personal. Sin embargo, en la República Checa se da el caso contrario. Ello se debe a que estos negocios son más flexibles, estables y tienen la inteción de crear empleos para los miembros de su familia. En Reino Unido, las empresas familiares han aumentado en número en los últimos años, así como su intención por crear puestos de trabajo en el futuro.

Tampoco hay que olvidar el factor 'innovación' en las pyme como uno de los aspectos principales para la creación de empleo. Además, la innovación en la producción y en el producto es clave para la supervivencia de la empresa y el crecimiento del mercado laboral, gracias a la reducción de costes, el incremento en la demanda o la expansión del negocio a través, incluso, de la internacionalización.

Y para ello ¿qué hace falta? Lo primero, un buen nivel formativo en materia de creación de empresas. Efectivamente, conocer bien el mercado y su funcionamiento es esencial para mantener a raya la eficiencia y eficacia de una pyme. Sobre todo, a la hora de adoptar decisiones de riesgo, procesar la información, reconocer buenas oportunidades para tu negocio, organización de los recursos, planificar, contabilizar, pensar de manera estratégica o motivar. Y esto, no lo olvidemos, repercute a la hora de generar o no empleos.

Otros aspectos colaterales y realmente influyentes son los costes laborales y la legislación nacional, siendo este último factor clave para dos tercios de las pyme europeas.

Resumamos: el éxito empresarial de una pyme dependerá tanto de factores externos (situación macroeconómica, entorno empresarial, apoyo público, acceso a la financiación, normativa laboral, costes laborales y disponibilidad de personal), como de factores  internos (edad de la empresa, tamaño, sector productivo, localización, gobierno corporativo, estrategia, mercado, formación, gerencia , atractivo en el mercado laboral).

Sólo me falta añadir un breve mensaje a los jóvenes y no tan jóvenes emprendedores: ¡ánimo!

 

Nathalie Domínguez