Representantes del mundo académico reclamaron este viernes incorporar la accesibilidad universal y el diseño para todos en los planes de estudios universitarios, en el marco del I Congreso Internacional Universidad y Discapacidad de Fundación ONCE .
El encuentro, que se clausura hoy en Madrid, abordó en distintas mesas redondas las políticas sobre discapacidad en la universidad y la incorporación de la accesibilidad universal en los planes de estudios universitarios.
Sobre esta materia Jesús Hernández, director de Accesibilidad Universal de Fundación ONCE, se refirió al proyecto de inclusión en diseño para todas las personas en las carreras técnicas. En su opinión, el reto está en lograr que se cumpla la legislación en materia de accesibilidad y que los profesionales conozcan esta realidad. “Que no salgan alumnos desde la universidad sin conocer qué es el diseño para todos. Que ni un solo estudiante termine sin tomar conciencia sobre la diversidad humana”, aseveró.
Para ello señaló la necesidad de facilitar las herramientas que les permitan abordar la accesibilidad en sus proyectos y conseguir que los futuros profesionales “introduzcan el diseño para todos en su ADN”. Entre otras cuestiones, sería necesario incorporarlo en los estudios de grado en las asignaturas troncales, en los proyectos de fin de carrera, en los másteres y los doctorados. También apuntó la importancia de resolver la falta de conocimiento de los docentes.
Por su parte, Daniel Guash, director de la Cátedra de Accesibilidad, Arquitectura, Tecnología y Diseño para Todos de la Universidad de Catalunya, aseguró que la principal conclusión es que la universidad posee un modelo integrador pero no inclusivo. “Se integra a las personas con discapacidad pero no se piensa en ellos desde el principio. Sería necesario cambiar ese modelo”, aseveró. Asimismo, explicó que los distintos centros aplican los principios de accesibilidad de manera heterogénea. “Unos se centran en la accesibilidad de los entornos, otros en la oferta de servicios de atención a los estudiantes con discapacidad”. El objetivo es abarcar todos los principios de igualdad de oportunidades y de accesibilidad universal”, subrayó.
Femke ten Bloemendal, de la Universidad de Amsterdam, abordó el impacto del diseño universal en la educación internacional. En su intervención señaló que el objetivo universitario debe ser “crear diversidad e integración en el diseño universal y la educación internacional”. Por ello, señaló que es necesario “disponer de un diseño universal implementado en las universidades y que exista una sensibilización hacia los alumnos con discapacidad a nivel educativo y administrativo en la universidad”. También apostó por “una docencia accesible para todos los alumnos desde el principio y por la igualdad de oportunidades laborales para todo tipo de personas”.
RESPETO A LA DIVERSIDAD
En la mesa sobre políticas de discapacidad en la universidad, el profesor titular de medicina preventiva de la Universidad de Salamanca, José Antonio Miró, explicó los resultados de un estudio cuyo único interés es “la mejora de la calidad de vida y bienestar de las personas con discapacidad”.
Según explicó, debe existir un “respeto a la diversidad, al desarrollo individual pero también a la efectividad y calidad educativa”. Por ello, dejó claro que según los resultados obtenidos en base al número de grados y créditos, “la prevalencia de la discapacidad no ha quedado reflejada en la educación superior de la Universidad de Salamanca”.
Por su parte, la directora del Instituto Superior de Promoción Educativa de Madrid, María Antonia Casanova, habló durante su intervención en el Congreso de la Red Europea de Educación Inclusiva y Discapacidad. A su juicio, el problema de los alumnos con discapacidad dentro del sistema educativo español se encuentra en la etapa de Secundaria, en la que se forma un “cuello de botella” que impide que sean más los alumnos que alcanzan el nivel universitario. Según dijo, se pierden 25.000 alumnos con discapacidad en el paso de Secundaria a Bachillerato, alcanzando el 82% del total de estudiantes si se considera este dato desde la fase de Primaria.
Por su parte, Joan Guàrdia i Olmos, del Departamento de Economía y Conocimiento de la Generalitat de Catalunya, presentó las acciones, intervenciones y población atendida por el conjunto de universidades del sistema universitario catalán bajo el dispositivo Unidiscat de coordinación entre universidades y que atiende a cerca de 400 estudiantes.
En su opinión, el entorno universitario debe afrontar dos retos. En primer lugar, regular las adaptaciones curriculares para conseguir un marco de enseñanza “coherente” que adapte los contenidos de los planes docentes a las necesidades de los alumnos con discapacidad y, en segundo lugar, que el sistema universitario se coordine con la exigencia de la segunda o tercera lengua para estos estudiantes.
SÓLO EL 5% TIENE FORMACIÓN SUPERIOR
Sólo el 5% de los demandantes de empleo con discapacidad tienen una formación superior, según señaló este viernes Sabina Lobato, directora de Empleo, Formación y Proyectos de Fundación ONCE, en la jornada de clausura del I Congreso Internacional Universidad y Discapacidad de Fundación ONCE.
Lobato expuso los datos extraídos de la bolsa de trabajo de Fundación ONCE que recoge un total de 125.000 demandantes de empleo. De ellos, más de la mitad tienen una discapacidad física y un 19% presenta una enfermedad mental. En su intervención, la responsable de Empleo de Fundación ONCE animó a las universidades a que establezcan vínculos con las empresas que han mostrado mayor acercamiento a la inserción de personas con discapacidad para derivar allí las prácticas que ofrecen a sus estudiantes. También para que los titulados que salen de sus universidades se acerquen a los servicios de empleo de Fundación ONCE.
“Somos el 9% de la población en España, somos 3,85 millones de personas con discapacidad –casi el 60% mujeres-, y el potencial que representamos no se puede desperdiciar”, aseveró. “En uno de cada 5 hogares hay una persona con discapacidad”, por ello insistió en que las personas con discapacidad deben poder acceder en igualdad de condiciones a todos los ámbitos de la vida, “incluido a un empleo”. Según dijo, se trata de un derecho, “no de caridad”.
En el ámbito educativo, recordó que sólo el 8% de las personas con discapacidad tiene estudios universitarios, frente al 30% del resto de la población. Por ello, apostó por cambios en contenidos y estrategias de enseñanza que logren acabar con la exclusión y reducir la tasa de abandono escolar, que en el caso de los estudiantes con discapacidad asciende al 53%. “Se han producido avances que ahora mismo están en riesgo”, advirtió. “No queremos que se pongan límites a las personas. El objetivo fundamental es maximizar el desarrollo económico y social, y al final eso garantiza la plena inclusión y su autonomía”.
En esta misma línea, el director del Centro Español de Documentación sobre Discapacidad y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, Eduardo Díaz, señaló que la desigualdad en el acceso a la educación superior de las personas con discapacidad supone también una desigualdad en el acceso al mercado laboral y en el nivel de ingresos que perciben.
En su opinión, las personas con discapacidad que cuentan con un título universitario tienen “más actividad y más ocupación”. Así añadió que la meta del acceso al empleo cualificado depende de factores externos como los empleadores, “que siguen viendo la discapacidad como un inconveniente”, las dinámicas de los procesos de selección y las ofertas de trabajo, entre otros.
Por su parte, Mariona Dalmau, de la Universidad Ramón Llull, explicó los resultados de un estudio realizado con la Fundación Universia en el que participaron 77 estudiantes universitarios con discapacidad de casi todas las provincias españolas. Los resultados indican que se debe realizar una orientación preuniversitaria personalizada que responda a las necesidades reales de las personas con discapacidad.
En este sentido, señaló que “hay que ser capaces de organizar una inserción laboral normalizada, ya que entendemos la diversidad como una globalidad y todos necesitamos apoyos para poder avanzar y hacer una universidad en la que se entienda a las personas diversas”.
INVESTIGACIÓN Y NUEVAS TECNOLOGÍAS
En el ámbito de la investigación y la innovación educativas, puestas al servicio de la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad, Julio Abascal, de la Universidad del País Vasco, ofreció una ponencia sobre el futuro de la I+D en Accesibilidad a las TIC en Europa.
Durante su exposición, explicó el plan de acción del proyecto ‘Cardiac’, que reúne a los diferentes agentes relacionados con las TIC accesibles con el objetivo de identificar las lagunas existentes en I+D y diseñar una hoja de ruta de investigación en este campo.
Según dijo, este plan de acción ha de incluir una adecuada provisión de servicios de red que permitan la interacción entre la persona y un operador incluyente, donde todas las ideas se estructuren en un árbol de prioridades en función de las necesidades de cada usuario.
Por su parte, Miguel Ángel Verdugo, director del Instituto Universitario de Integración en la Comunidad, abordó el concepto de calidad de vida como modelo teórico de evaluación y aplicación. A su juicio, la mejora de la calidad de vida se sustenta en el bienestar material, el desarrollo personal, el bienestar médico, el bienestar emocional, las relaciones interpersonales, la inclusión social y los derechos de las personas.
Por último, Miguel Ángel Ramiro, de la Universidad de Alcalá de Henares, habló durante su intervención sobre el papel que deben jugar las personas con discapacidad dentro de las investigaciones clínicas.
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