A lo largo de hoy, la Comisión Europea (CE), el Comité Económico y Social Europeo (CESE) y otros agentes económicos están desarrollando un gran evento en Estrasburog que sitúa en la cúspide de las políticas comunitarias al emprendimiento social y a la economía social.
Para la CE, la organización de esta sesión que se extenderá a lo largo de mañana, es imprescindible dada la importancia demostrada de este sector a la hora de favorecer la inclusión laboral y social de los grupos más desfavorecidos, al mismo tiempo que generan beneficios para los empresarios. Según la Comisión, el peso que tienen las empresas sociales en la economía de la Unión Europea supone aproximadamente el 10% del PIB. En concreto, más de 11 millones de personas -el 4,5% de la población activa de la UE- trabaja en una empresa de estas características. En concreto, una de cada cuatro empresas creadas al año es una empresa social.
En este contexto, la Comisión fijó como objetivos de este encuentro realizar un balance de los logros y de la aplicación de la Iniciativa a favor del emprendimiento social enmarcada en la Estrategia Europa 2020; determinar las futuras prioridades de acción; implicar a los interesados en un entorno innovador y participativo para la elaboración de la Agenda Europea para los próximos tres a cinco años; reforzar las redes de las partes interesadas para apoyar la aparición y la ampliación de las iniciativas y las mejores prácticas; crear una mayor apropiación y sensibilización entre los actores institucionales.
LA ECONOMÍA SOCIAL, EJE DEL EMPLEO, INDUSTRIA Y MERCADO EUROPEOS
En el marco de la presentación de las políticas de inversión socialmente responsables y emprendimiento social, han intervenido en una mesa redonda los comisarios responsables de Industria, Mercado y Empleo junto a tres actores de la economía social invitados personalmente por los comisarios por su ejemplar actuación.
Antonio Tajani, vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de la Dirección General de Empresa e Industria, ha destacado la importancia de "apoyar al sector de la economía social por ser uno de los pocos que, pese a la crisis, ha conseguido aumentar el número de empresarios y cooperativas en Europa. Esto implica que en momentos de necesidad hay que unirse para brindar perspectivas de trabajo a quienes son más vulnerables, como las personas con discapacidad, o a quienes han tenido menos suerte en la vida dándoles una seguna oportunidad como es el caso de ex drogadictos o el de los ex presos. A través de mi Dirección General se ha creado una plataforma para que las 5.000 cooperativas sociales que ya están inscritas puedan unirse e intercambiar iniciativas".
Si hay un elemento que Tajani caracterizó de pilar dentro de la economía social es el hecho de que "las cooperativas sociales constituyen un modelo social de la innovación". Por este motivo, y con el onjetivo de reforzar este sector, la Comisión "está invirtiendo mucho dinero en él a través de los fondos regionales".
Asimismo, el Comisario de Industria, destacó "que podemos lanzar un mensaje muy claro para todos: Europa no sólo se compone de bancos, de dinero. Europa es un continente en el que compartimos valores. Sin estos valores no se puede lanzar una cooperativa social, una empresa que está en condiciones de ofrecer solidaridad. Europa no puede pedir más sacrificios a los ciudadanos. Europa es la que ofrece una segunda oportunidad al ciudadano".
Para Michel Barnier, Comisario Europeo de Mercado Interior y Servicios, "este evento no es un momento de autobombo, sino un momento para hacer balance y saber qué trabajo tenemos por delante. Primero, no hay crecimiento económico sostenible sin cohesión social. Segundo, la principal batalla es la del empleo, la competitividad. Y al mismo tiempo, para ganar esta batalla, necesitamos a todas las empresa, a todos los ciudadanos, y a todas las regiones y países. Cuando combinamos estos dos factores llegamos a ustedes: una de cada 4 empresas es de carácter social, de aquí que en 2010 los comisarios decidimos situar a este sector como una de las prioridades en la agenda europea, así nació esta primera estrategia para la empresa social".
En materia de financiación, Barnier ha reconocido que las diferencias entre países no siempre facilita la posibilidad de unificar la legislación. "Lo más importante es la financiación para la empresa social y para todas las empresas en general". Y es en este contexto en el que "es importante la transparencia, la ética, los valores morales. Las reglas europeas deben permitir nuevas formas de financiación. Hay que establecer reglas útiles para el sector de la economía social y poder alentarlo".
En Bruselas, prosigue Barnier, "no siemptre tenemos la panacea, pero los tres comisarios debemos seguir debatiendo este tema y prestar atención a las sugerencias y criticas. Los bancos han de hacer su trabajo original: otorgar créditos a las empresas. Desde hace 4 años hemos trabajado para violver a crear unas bases sanas para el economía bancaria, más robustas y transparentes que sigan una ética. Hemos establecido unas disposiciones de control menos severas para los bancos que entregan fondos a las pymes. Quizás la globlización ha favorecido el crecimiento, pero también ha provocado daños para los más débiles a raíz del surgimiento de abusos. Hay que volver a la economía social real de mercado. Tenemos que tener claro el objetivo: la economía social es parte integrante fundamental de la economía de mercado".
Finalmente, László Andor, Comisario Europeo de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión, destacó en su turno de palabra que "los tres comisarios queremos promover la economía social y las empresas sociales en Europa, sobre todo, en este periodo de crisis social y económica cuyas consecuencias conocemos todos. Debemos garantizar que el potencial de crecimiento de la economía europea mejora, especialmente en los países más afectados por la crisis. La economía social es una parte de la salida de la crisis y esto requiere un ecosiostema más favorable. Estamos comenzando este nuevo periodo con una capacidad financiera más fuerte, pero el dinero por sí sólo no es la solución, son necesarios empresarios que vean la necesidad de innovar, de crear un nuevo modelo, hay que moverse después de la crisis. Hay que promover buenos modelos".
Andor ha hecho referencia al desconocimiento que aún existe sobre el sector de la economía social que no hace más que frenar todas sus posibilidades. "En algunos Estados miembros el sector de la economía social es fuerte, pero en otros -principalmente de la Europa septentrional-, crea escepticismos. Hay que explicarles que las empresas sociales tienen la capacidad de innovar y mantener el empleo en contraposición con aquellas empresas que sólo buscan rentabilidad económica y que se han hundido en los momentos difíciles. Hay que crear conciencia de ello".
AGENTES SOCIALES INVITADOS
En el espacio de intervenciones compartido con los tres comisarios, Giuseppe Guerini, Presidente de Federsolidarietà Confcooperative, Miembro del Comité Económico y Social y miembro del Grupo de Expertos sobre Empresas Sociales (Geces), destacó la presencia e importancia de las empresas sociales en Europa. "La dimensión social y el establecimiento de igualdad de oportunidades se ven favorecidos gracias a este sector de la economía en el que la captación de riqueza avanza en paralelo a la dimensión social. Las cooperativas sociales exploraron aspectos que no se habían examinado antes. Nadie sabía que eso iba a ser un mercado del que se espera un crecimiento importante. Recomiendo a las intituciones europeas que en este gran mercado único, la política de competencia se equilibre con el de la política de cohesión".
Para Letizia Moratti, Presidenta de la Fundación San Patrignano, destinada a la rehabilitación y formación de personas ex drogadictas para su inclusión en el mundo laboral, "el sector de la economía social -cada vez más importante en el PIB italiano- ha demostrado su peso en el marco europeo, pero queda mucho por hacer".
Refiriéndose a la intervención de Barnier, recordó que, "debemos aprender una lección: el sistema regulatorio es importante, se han dado mejoras, pero no todo lo puede hacer Europa, también a nivel nacional debemos intentar dar una respuesta en nuestro marco regulatorio y ofrecer un ecosistema favorable para las empresas sociales. No se trata sólo de innovación, sino de que todas las empresas sociales tengan un determinado perímentro para trabajar. Desde Europa hay que incentivar los partenariados público-privados para crear ese ecosistema que no siempre se puede crear desde la política".
Por su parte, la griega Olga Theodorikakou, representante de Klimax Plus -entidad que desarrolla iniciativas empresariales sostenibles en el sector de las economías verdes-, "nuestro objetivo fundamental es el desarrollo del capital social y humano. Klimax Plus es una referencia en Grecia. Nuestros empleados vienen de grupos sociales desfavorecidos: romaníes y enfermos entre otros. Mi país se enfrenta ahora a una transformación en todos los niveles y necesitamos que la Comisión Europea redoble sus esfuerzos a la hora de reclacar el papel del empresariado social. Es un elemento integrador para lograr empleo y cohesión social, algo necesario en Grecia. La CE podría lanzar un debate más amplio en relación con la socilidaridad".
PARLAMENTO EUROPEO: "LAS PYME SON LAS CLAVE DE LA ECONOMÍA"
Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo, ha dicho que "los servicios sociales que prestamos son fundamentales. Vivimos en una era en la que durante 20 años hubo ideologías por las que todo estaba a merced del mercado. Hay que recalcar que la economía debe servir al ciudadano y no el ciudadano a la economía. La economía tiene que tener un carácter social. En el centro de nuestra actuación tiene que estar la persona por delante de los beneficios.
Las cooperativas han constituido durante muchos años la solución a situaciones de emergencia, recordó Schulz. "En la actualidad, más de 2 millones de empresas sociales dan empleo a 14 millones de personas. Esto hace que más allá del punto de vista social, constituyan un importante factor en la economía europea".
El presidente de la eurocámara ha alabado el hecho de que la Comisión Europea esté creando nuevas alternativas de financiación para estas empresas como el crowd funding, que ha aumentado un 65%. "Cada vez más personas deciden financiar conjuntamente un proyecto. Uno de los problemas es que las pequeñas y medianas empresas (pyme) casi no tienen acceso al crédito, pero son las que más empleo crean. Y si hablamos de la lucha contra el paro juvenil, éste es el sector donde más aprendizaje y empleo se crea. Las pyme son las clave".
Schulz ha dicho a este respecto que "estas empresas juengan un papel importante en la innovación social y en la recuperación de la conciencia del ciudadano, porque se trata de crear un futuro digno. El PE defiende la filosofía de la gobernanza: crear estructuras cooperativas en pie de igualdad que han de prevalecer. Atravesamos un periodo en el que el Estado recorta beneficios sociales. La idea solidaria de la economía social es un concepto fundamental en el que podemos combatir la indiferencia de los Estados. La economía social tiene que defender una economía con una actuación responsable. Los ciudadanos no pueden aceptar que trabajadores, pymes, empresas sociales paguen sus impuestos y que las grandes multunacionales con sus grandes beneficios apenas lo hagan. Hay que pagar impuestos allí donde una empresa recoge sus beneficios".
FUNDACIÓN ONCE
Enmarcado en este encuentro, Fundación ONCE tendrá la oportunidad de entregar -de la mano del Comisario László Andor- el primer Premio Europeo de Emprendimiento Social y Discapacidad. Esta iniciativa surge tras 13 años de colaboración de la Fundación con la Unión Europea y de su propia experiencia en la Red Europea para RSE+D, proyecto cofinanciado por el Fondo Social Europeo.
La Red Europea de RSE y Discapacidad está formada por cuatro socios fundadores principales de tres países: Fundación ONCE y Telefónica, en España, L’Oreál en Francia y el Ministerio de Trabajo y Política Social de Italia.
Nathalie Domínguez /Foto: Comisión Europea