El crecimiento económico y la creación de empleo es el eje de las actuales medidas 'anticrisis' desarrolladas por las políticas de la Unión Europea (UE) con el fin de paliar las dificultades sociales. Pero no hay que olvidar que, esté creado o por crear, el empleo ha de cumplir con un estándar de calidad o, qué menos, de respeto por la seguridad del trabajador. Hablamos del trabajo decente.
Con el fin de promover dicha 'decencia laboral', el Consejo de la UE mantiene en Amsterdam -los días 8 y 9 de febrero- una extensa conferencia formada por expertos en la materia: desde políticos hasta agentes sociales, pasando por el propio sector empresarial.
¿Cuáles son los temas específicos en los que se divide la conferencia? Los ejes se centrarán en los trabajadores desplazados y en los aspectos transfronterizos del trabajo negro. Más concretamente: el uso de sociedades pantalla, la explotación de trabajadores, empresas buzón, falsedad del estatus de autoempleo, el intercambio de datos y el respeto de la legislación europea relativa a las prestaciones de servicios transfronterizos y a los trabjadores desplazados. La conferencia también ofrece la posibilidad de intercambiar las mejores prácticas entre todos los países.
Expertos relacionados con el sector de la inspección en los lugares de trabajo y otras organizaciones de control, legisladores, agentes sociales y otros ponentes de toda la UE están ya debatiendo este tema con el fin de reforzar la cooperación y la eficacia de las intervenciones nacionales y transfronterizas.
Inauguración
El ministro de Empleo y Asuntos Sociales Holandés, Lodewijk Asscher, ha destacado durante la apertura de la conferencia que “Europa no puede tolerar la desigualdad. El cálculo de los salarios deber tener el mismo rigor que una fórmula matemática: a igual trabajo, igual salario en una misma zona geográfica”.
El ministro revisó los diversos aspectos que se tratan en estos dos días, reflejando como en un espejo la firme posición comunitaria. Una primera manifestación ha sido la necesidad de compartir el mayor volumen de información posible con inspectores, asesores políticos y agentes sociales procedentes de los diversos Estados miembro. “Esta conferencia es un modelo de ello”.
Asscher prosiguió su discurso con una especial referencia al trabajo no declarado. Para ello, elogió el trabajo que desarrolla la Plataforma del Trabajo no Declarado, “un buen ejemplo del tipo de colaboración que necesitamos. Dicha Plataforma impulsará la cooperación entre los organismos de ejecución nacionales implicados en la lucha contra el trabajo no declarado”.
El ministro definía el trabajo no declarado como “un juego con trampa sin ganadores”. Así, explicana la pérdida de derechos a una pensión y a otros beneficios como los incluidos en caso de accidente laboral. Además, el recordó las consecuencias de no declarar, como los déficits en la seguridad social de los Estados que disponen de menos recursos para ayudar a proveer de servicios asistenciales y sanitarios de calidad.
“Sólo la modernización de las normas nos permitirá garantizar la libre circulación de los trabajadores y asegurar un trabajo decente para cada uno. Discutir y buscar compromisos no es suficiente. Hay que actuar. Hay que remangarse y hacer respetar las leyes. Debemos mirar más allá de las fronteras entre organizaciones, entre disciplinas y entre países”, concluyó.
Nathalie Domínguez