El número de personas que llamaron a las puertas de Cáritas 
para pedir alimentos o ayuda económica ascendió en 2010 a un total de 950.000, lo que supone más del doble que en 2007, cuando los ciudadanos atendidos por esta entidad rondaron los 400.000.
Así lo puso de manifiesto este miércoles en Madrid Francisco Lorenzo, coordinador del equipo de estudios de Cáritas Española, quien recordó que en este país viven actualmente diez millones de personas bajo el umbral de la pobreza y otros ocho, en riesgo de exclusión social.
Lorenzo hizo estas consideraciones en la presentación del VI Informe sobre las Demandas Atendidas a través de la Red Confederal de Acogida y Atención Primaria de Cáritas, que recoge datos de 2010 y los compara con los existentes en 2007, justo antes de irrumpir la crisis económica en España.
Según detalló Sebastián Mora, secretario general de Cáritas Española, las personas que acuden a esta entidad para pedir ayuda solicitan, sobre todo, alimentación, apoyo en el pago de recibos y alquileres, asistencia sanitaria, ropa y calzado, además de asesoramiento jurídico.
NUEVOS USUARIOS Y PERFIL
De todos los ciudadanos atendidos por Cáritas el año pasado, un total de 300.000 acudieron a la ONG por primera vez, lo que supone que más de dos tercios eran usuarios ya conocidos en la entidad y que, probablemente, finalizaron procesos de inserción social.
Con respecto al perfil de los beneficiarios de Cáritas en 2010, Lorenzo explicó que el 74% fueron familias, mientras que el resto, personas solas y que de todos ellos, la mayoría fueron desempleados de larga duración, parejas de entre 20 y 40 años con uno o dos hijos y mujeres solas con cargas familiares y con problemas de conciliación laboral y familiar.
Para atender a sus peticiones, Cáritas ha tenido que duplicar sus inversiones anuales destinadas a ayudas económicas hasta alcanzar los 30 millones de euros el año pasado.
LA FAMILIA SIGUE AHÍ
El informe dado a conocer por la ONG de la Iglesia evidencia también que la primera estrategia que utilizan las personas necesitadas para hacer frente a su situación continúa siendo la familia, seguida de los empleos en la economía sumergida y de la petición de ayuda a entidades sociales.
En cuarto lugar se sitúa la demanda de apoyo a los servicios sociales públicos, que a juicio de la ONG de la Iglesia, ofrecen ayudas, "pero de baja intensidad" y de respuesta lenta.
Así, indicó Lorenzo, la media de tiempo que tiene que esperar una persona para recibir la primera ayuda de los servicios sociales públicos ronda los tres meses, un periodo muy superior al de Cáritas, que está en torno a los 15 días y que hace que la entidad esté "desbordada".
Con estos datos en la mano, Mora urgió a los ayuntamientos españoles a que prioricen a los más pobres en sus políticas, inviertan más en servicios sociales, se coordinen mejor con otros estamentos públicos y dejen participar más directamente a los afectados en la definición de las políticas sociales.
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