Según un informe de la consultora McKinsey
Las mujeres ocupan solo uno de cada cuatro puestos directivos y por cada cien hombres que promocionan al nivel de manager, solo se promueven 87 mujeres. Estas son algunas de las conclusiones del informe ‘Women in the Workplace’, presentado por la consultora McKinsey & Company y la asociación LeanIn.org y que analiza las experiencias y las aspiraciones profesionales del talento femenino, según informaron ambas entidades en un comunicado.
El estudio, para el que se encuestó a más de 400.000 empleados de 333 organizaciones que, en conjunto, emplean a más de 12 millones de personas, constata que el sexo o el hecho de ser madres “influye negativamente" a la hora de "progresar profesionalmente, ascender o lograr un aumento de sueldo”.
Así, según la investigación, en el último año el 29% de las mujeres pensó en reducir su horario de trabajo, aceptar un puesto “menos exigente” o incluso dejar de trabajar, frente el 22% de los hombres.
Además, el 37% de las ejecutivas encuestadas tuvo un compañero de trabajo que obtuvo “algún reconocimiento profesional”, en comparación con el 27% de los ejecutivos hombres que declaró haber experimentado la misma situación a la inversa.
Según el estudio, las ejecutivas “hacen más" por "apoyar el bienestar de los empleados y fomentar la diversidad, la equidad y la inclusión” y el “compromiso” de las empresas con estos aspectos resulta “decisivo” a la hora de cambiar de compañía, como demostraría el hecho de que las ejecutivas tienen más de 1,5 probabilidades que los hombres de cambiar de empleo por esta razón.
Al mismo tiempo, el 40% de las ejecutivas afirmó que su trabajo por “fomentar” la diversidad, igualdad e inclusión "no se reconoce en absoluto” en las evaluaciones de rendimiento y el 43% se siente “sobrecargada”, en comparación con el 31% de los hombres de su nivel que reconoció “sentirse saturado”.
FLEXIBILIDAD
Por otra parte, para casi una de cada dos mujeres (49%) la flexibilidad es uno de los tres aspectos “más importantes” a la hora de decidir si se incorporan o permanecen en una empresa, en comparación con el 34% de los líderes masculinos. Además, dos tercios de las mujeres menores de 30 años estarían más interesadas en ascender si vieran a sus líderes “con un equilibrio entre la vida laboral y la personal”.
Con respecto al teletrabajo, sólo una de cada diez quiere trabajar “la mayor parte del tiempo” de forma presencial y las mujeres que trabajan a distancia al menos parte del tiempo dijeron experimentar menos “microagresiones” y “mayores niveles de seguridad psicológica”, especialmente en el caso de aquellas con discapacidad, de color o Lgtbi.
A la luz de estos resultados, la socia de McKinsey & Company Amaia Noguera advirtió de que, si las compañías “no toman medidas, no solo perderán a sus directivas, sino que también corren el riesgo de perder la próxima generación de talento”, convencida de que los jóvenes “otorgan cada vez mayor importancia al trabajo en una cultura equitativa, inclusiva y de apoyo”.
Por su parte, la también socia de la consultora Gloria Macías defendió que, según los resultados de la encuesta, las mujeres son, “de media, mejores líderes” y tanto ellos como ellas “se sienten más satisfechos" cuando su superior es una mujer porque "priorizan comportamientos y valores de inclusión, equidad y diversidad”.
“Contar con más mujeres en posiciones de liderazgo podría tener un efecto muy positivo en la retención de empleados, una de las piedras angulares en estos años de ‘gran resignación’”, sentenció.