Eliminar las barreras de comunicación es romper con el aislamiento y las diferencias en el entorno laboral

Concha Díaz felicitada por sus compañeros

Participación de Fundación ONCE en la XI Edición de Foroempleo de la Universidad Carlos III de Madrid.

Concha Díaz, presidenta de la CNSE

La accesibilidad universal y la igualdad de oportunidades para todas las personas son los propósitos más importantes de la nueva presidenta de la CNSE, Concha Díaz, junto con la defensa y fortalecimiento de la comunidad sorda. La inclusión laboral y educativa, el disfrute del tiempo de ocio o la vulnerabilidad de algunos sectores dentro de la población sorda son otras de las prioridades de la Confederación.

 

Enhorabuena. Recientemente ha sido elegida presidenta de la CNSE para los próximos cuatro años, ¿cuáles son los retos más importantes para este periodo?

Muchas gracias. Me enfrento a esta nueva etapa cargada de ilusión y esperanza. El primer reto es conseguir la participación en igualdad de las personas sordas para que alcancemos la ciudadanía plena.

Es urgente que en nuestra sociedad se promueva un verdadero acceso a la comunicación y a la información. Deben adoptarse medidas como habilitar servicios de interpretación de máxima calidad, universal y gratuita, que se amplíen los servicios de video-interpretación, contar con una televisión plenamente accesible, es decir, pedimos -y la Ley lo refrenda- que todas las esferas de la vida pública estén adaptadas para las personas sordas.

Al mismo tiempo, nos volcaremos en nuestra extensa e histórica red asociativa y en defender, impulsar y difundir nuestra identidad lingüística, la cultura sorda y los valores de nuestra comunidad.

 
El desarrollo y uso de la lengua de signos es indispensable para la CNSE, ¿qué valoración hace de la aplicación de la ley de lengua de signos española?

Nuestro movimiento asociativo aplaude que el Parlamento Español reconociera, hace más de dos años, nuestra lengua con el estatus que merece. Pero más allá de este reconocimiento, urge que la Ley se note en la vida diaria de las personas sordas y eso requiere de un desarrollo normativo, aún pendiente, que implique al Gobierno y a las distintas instituciones autonómicas.

Es fundamental contar con suficientes intérpretes que garanticen la accesibilidad a bienes y servicios, pero lo cierto es que hoy por hoy, no está asegurado que cualquier persona sorda pueda acudir al médico, a un juicio o a una cita en el colegio de sus hijos porque no hay posibilidad de contratar al suficiente número de intérpretes por falta de recursos.


En este momento, tenemos constancia de que hay multitud de demandas de personas sordas que no son atendidas. ¿Qué importancia tiene la aprobación de la lengua catalana?, ¿existen muchas diferencias en función de la Comunidad Autónoma en la que residen las personas sordas?

Ha sido un logro importante de las personas sordas de Cataluña y un motivo de celebración para todo el movimiento asociativo de la CNSE, que el día 26 de mayo festejó unido la aprobación de una Ley muy esperada, por la que se ha trabajado intensamente. Es cierto que actualmente, en materia de derechos de las personas sordas, el avance a nivel autonómico está siendo desigual. Hay comunidades donde una persona sorda está en seria desventaja respecto a otras, donde disfruta de menos oportunidades o encuentra más limitaciones. Eso es lo que desde la CNSE queremos atajar porque la equidad territorial debe ser un principio garantizado en todo el país y es nuestra obligación luchar para que el desarrollo normativo de la ley de lengua de signos no de lugar al desequilibrio actual.
 

Las personas sordas tienen derecho, si así lo deciden, a usar la lengua de signos en cualquier esfera de su vida y con independencia del lugar donde residan. En relación al ámbito educativo, ¿cuáles son las necesidades más urgentes de atajar en beneficio de los alumnos con discapacidad auditiva?

La Ley mencionada antes al igual que la Convención Internacional de los Derechos de las personas con discapacidad, lo expresan de manera muy explícita: hay que garantizar que las familias estén informadas de lo que significa una educación bilingüe-bicultural para las personas sordas, es decir, formar a un alumnado competente en lengua de signos y en lengua oral, y que puedan optar por colegios donde este enfoque esté presente.

Últimamente se han dado grandes pasos a la hora de incorporar la lengua de signos española y la catalana en las aulas y hay algunos centros de primaria que cuentan con profesorado sordo o con profesionales sordos especialistas en lengua de signos que, sin duda, son el modelo lingüístico y personal que los niños necesitan. No obstante, la presencia del profesorado sordo o del especialista en lengua de signos en las aulas aún no está consolidada, hay muchos reparos en aceptar la presencia de la lengua de signos en el ámbito educativo así como la de los profesionales sordos signantes.

En cuanto a los institutos y universidades, a pesar de que cada vez son más los que incorporan intérpretes, todavía estamos muy lejos de contar con el número necesario y solemos encontrarnos con el típico y totalmente errado argumento de que una mayor accesibilidad a la comunicación y a la información es un quebradero de cabeza económico para los centros, especialmente para los universitarios. Se olvidan de que no estamos hablando de gasto sino de inversión en el futuro. Con estas medidas ponemos los cimientos de una ciudadanía sorda bien formada, que contribuirá a una sociedad de la que todos formamos parte.


¿Qué nivel de integración laboral tiene este sector social? y ¿en qué aspectos habría que incidir en este sentido?

La inclusión de las personas sordas en el mundo laboral resulta compleja porque una vez que acceden a un puesto de trabajo encuentran unas dificultades, que nada tienen que ver con la labor que deben desarrollar. Eliminar las barreras de comunicación, todas esas circunstancias limitantes, tanto técnicas como humanas, es romper con el aislamiento y las diferencias entre las personas dentro del entorno laboral. Es otro de los retos que nos hemos marcado en este nuevo periodo.

En realidad, las personas sordas necesitan adaptaciones técnicas bastante sencillas, tales como que en el puesto de trabajo tengan un buen dominio de la perspectiva, que el entorno cuente con señalizaciones de emergencia visuales, que se marquen de forma clara y visible los lugares de acceso, carteles, etc.… Actualmente la mayoría de las personas sordas no disponen de estas adaptaciones en el trabajo, ni disponen de intérpretes de lengua de signos. Es más, conocemos numerosos casos de personas sordas a las que el hecho de serlo les impide promocionar en sus puestos de trabajo, ya sea porque no disponen de las mismas oportunidades de formación o por el mero hecho de presentar esta discapacidad.


El disfrute de los recursos culturales en igualdad de oportunidades al resto de la sociedad es otro de los objetivos, ¿Cuál es la situación actual en relación al acceso de las personas sordas al ocio y la cultura?

La realidad es que la mayoría de las personas sordas no podemos disfrutar del ocio y la cultura en las mismas condiciones que el resto de la ciudadanía. La televisión no es accesible. No hay suficientes salas de cine que exhiban películas subtituladas, apenas hay teatros que incorporen subtítulos en su programación, ni visitas culturales adaptadas para las personas sordas. Desde nuestro movimiento asociativo hemos trabajado mucho para impulsar una red de museos e instituciones culturales que introduzcan una valiosa herramienta: la signoguía… pero aún estamos lejos de contar con un ocio inclusivo, hay demasiados espacios que no son accesibles. También, nos gustaría que la cultura de la comunidad sorda gozase de prestigio dentro de la sociedad y eso, no cabe duda, pasa por aumentar la consideración social de las personas sordas, por una visibilidad positiva de lo que somos y lo que aportamos.
 

En materia de acceso a la información y la comunicación en lugares públicos, ¿qué avances se han producido?

Recientemente, hemos asistido a la aprobación de la nueva Ley Audiovisual, en la que ya se habla, por fin, de una programación televisiva íntegramente subtitulada y de la incorporación, paulatinamente, de espacios en lengua de signos. Espacios que deberían contar con profesionales sordos signantes puesto no sólo se trata de normalizar el uso de la lengua de signos española y la catalana sino también de normalizar la imagen social de las personas sordas.

Por otra parte, cabe mencionar que ya son muchas las estaciones ferroviarias que están adaptando sus estructuras para garantizar la accesibilidad a las personas sordas. Nuestra comunidad podría beneficiarse mucho y de forma sencilla a medida que aumente la inclusión, en cada puesto de atención al público, del sistema de videointerpretación SVisual mediante el que se garantiza el acceso a la información y la comunicación en lengua de signos o según la modalidad comunicativa de la persona sorda usuaria, gracias a las ventajas que hoy nos brindan las nuevas tecnologías.


Ser mujer, joven o presentar otra discapacidad añadida dificulta quizás aún más el pleno desarrollo de estas personas, ¿diseña la CNSE programas o planes de actuación específicos para estos sectores?

La comunidad sorda está marcada por la diversidad y, por supuesto, desde la CNSE se trabaja para garantizar la igualdad y la no discriminación de los distintos sectores que la integran. En relación a las mujeres sordas, el actual equipo de Gobierno de la CNSE, que es un equipo político totalmente paritario, formado por seis mujeres sordas y cinco hombres sordos, seguirá profundizando en la aplicación de la perspectiva de género porque es necesario que esté presente absolutamente en todas las políticas y acciones que se emprendan.

Además, se van a seguir impulsando los programas específicos para este sector. Por otra parte, vamos a emprender acciones y programas encaminados a eliminar estereotipos y etiquetas que afectan a las minorías presentes en nuestra comunidad como los relativos a la orientación sexual, los que presentan otras discapacidades o los inmigrantes, etc.… La realidad específica de cada grupo debe ser conocida, respetada y atendida. En definitiva, considero importante fomentar la participación asociativa de las personas sordas, desde las más jóvenes que cuentan con una comisión propia, hasta las más mayores con quienes vamos a crear un Consejo Consultivo

 

 


Entrevista realizada por Leonor Pérez