Entre víctimas de violencia de género con discapacidad y emprendedores
Patricia Encinas
Fundación ONCE participa en el proyecto colaborativo más potente de España en la lucha contra la brecha digital educativa y formativa, agravada por el confinamiento ante la pandemia del Covid-19. Para ello, ha distribuido 200 tabletas, donadas por la empresa Indra, entre mujeres con discapacidad víctimas de violencia de género y emprendedores con discapacidad.
Esta acción es parte de una iniciativa conjunta articulada por la Asociación Española de Fundaciones (AEF), en la que participan otras 27 entidades colaborativas. El montante total de la donación es de 7.336 dispositivos.
Fundación ONCE, a través de Inserta Empleo, su entidad para la formación y el empleo, cuenta con ‘Mujeres en Modo ON VG’, un programa cofinanciado por el Fondo Social Europeo que tiene como objetivo mejorar el empleo de las mujeres con discapacidad víctimas de violencia de género, a las que ofrece una atención personalizada.
Además, con la iniciativa ‘Por Talento Emprende’, se da respuesta a las inquietudes que muestran muchas personas con discapacidad por poder poner en marchas sus proyectos vitales a través de sus propios negocios.
De esta forma, los dispositivos entregados permitirán mejorar la formación de estas personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Todas las tabletas entregadas por Fundación ONCE tienen pantallas de siete pulgadas y se han repartido con la configuración necesaria para su utilización inmediata como herramienta formativa.
Esas tabletas son el nudo central de toda una cadena de solidaridad contra la brecha digital en la educación y formación. Una cadena en la que también participan las tres principales operadoras de España, Orange, Telefónica y Vodafone, que han aportado al programa 3.000 tarjetas SIM para facilitar la conectividad a internet en aquellos hogares que carecen de ella. Además, tanto las fundaciones de estas tres compañías como la Fundación Altran suman al programa sus ‘voluntarios digitales’, que asesoran, acompañan y monitorizan a los educadores sociales, familiares y alumnos en el buen uso de los aparatos.
Con esta acción articulada por la AEF, las fundaciones llegan a donde casi nadie estaba llegando: los niños y adolescentes que, sin el vínculo presencial del colegio, corrían el riesgo de quedarse atrás. Es la iniciativa educativa más potente de la ‘cadena de solidaridad’ que puso en marcha la AEF el pasado mes de marzo, con el objetivo de paliar los efectos de la crisis del Covid-19. Desde entonces, cerca de 120 fundaciones han activado centenares de iniciativas para ayudar a los colectivos más vulnerables ante los efectos de todo tipo de la emergencia sanitaria.