Fundación ONCE pide reconocer la economía social como "piedra angular del modelo social europeo”

MIguel Ángel Cabra de Luna

Y que los fondos de recuperación prioricen “las necesidades de los grupos vulnerables y en riesgo de exclusión”

Redacción

El director de Alianzas, Relaciones Sociales e Institucionales de la Fundación ONCE y secretario general de la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP), Miguel Ángel Cabra de Luna, considera que la Conferencia sobre el Futuro de Europa “debería incluir un reconocimiento a la economía social, porque “supone una gran parte del empleo y del PIB europeo y es una piedra angular del modelo social europeo”.

En una entrevista con Servimedia realizada en el marco del proyecto #TúEresEuropa que esta agencia de noticias desarrolla con apoyo y financiación del Parlamento Europeo, con motivo de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, Cabra de Luna, dijo que esta “debe de ser el vector que permita propiciar un cambio duradero en la Unión Europea (UE), incluida una participación en la esfera pública europea cada vez más significativa de los ciudadanos y de la sociedad civil organizada". "Para ello, las organizaciones de la sociedad civil son esenciales, por lo que desde el Grupo Social ONCE solicitamos que tanto la UE como las autoridades nacionales reconozcan el papel fundamental de la sociedad civil organizada para contribuir a la formación de opinión pública y actuar como agentes positivos del cambio”.

En su opinión, “la clave para la renovación y la reconstrucción socioeconómica de la UE será garantizar que todos los sectores de la sociedad participen efectivamente en procesos cooperativos orientados al diseño, la participación, la ejecución y la evaluación de las políticas de la UE. Por tanto, es fundamental que la sociedad en su conjunto se encuentre representada, incluidos los colectivos en riesgo de exclusión social, como las personas con discapacidad, los mayores o las mujeres, entre muchos otros”.

Para Cabra de Luna la hoja de ruta para conseguir una Europa más social es apostar por “el binomio economía social y discapacidad porque es una carta ganadora. En algunos países las empresas sociales emplean hasta tres veces más de trabajadores con discapacidad que las empresas tradicionales. Creo que es algo que se está empezando a reconocer y a promover en Bruselas, pero que se debe acelerar”.

También reclama que la UE impulse iniciativas concretas como la nueva Estrategia Europea de Discapacidad 2021-2030, adoptada el pasado mes de marzo, que "va en la dirección correcta. En lo que a nosotros respecta, esperamos que reconozca y apoye el papel que las empresas de economía social pueden jugar en la integración de las personas con discapacidad”.

El representante de Fundación ONCE se pronunció sobre los fondos europeos de recuperación que deberían centrarse “de manera transversal en las necesidades de los grupos vulnerables y en riesgo de exclusión". "Suponen una inyección económica nunca vista y pueden contribuir a mejorar su situación de una manera significativa. A medio plazo desarrollando e implementando políticas y legislación que contribuyan a construir una Europa social. No olvidemos que en muchos casos ha sido gracias a iniciativas comunitarias las que han provocado los grandes avances sociales. Estoy pensando por ejemplo en las directivas de no discriminación, la creación del Fondo Social Europeo o la ratificación de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Todos esos instrumentos han contribuido a avanzar en la integración social y laboral de las personas con discapacidad”.

COMPROMISO

También puso en valor el compromiso de la Unión Europea con la inclusión social y la lucha contra la desigualdad. “Es de justicia reconocer que sin el liderazgo de la UE los niveles de exclusión social en la mayoría de los Estados miembros serían mayores y España no sería una excepción. Muchos de los avances que hemos logrado en nuestro país han sido provocados por decisiones tomadas en Bruselas. La normativa española en materia de derechos y de no discriminación de las personas con discapacidad es tributaria de la legislación europea. Lo mismo ocurre con la financiación, sin el Fondo Social Europeo, del que en Fundación ONCE gestionamos un programa operativo, los avances que hemos conseguido en la formación e integración laboral de las personas con discapacidad, no se hubiesen producido, al menos en la misma medida”.

Aunque confía en la capacidad del Parlamento Europeo para impulsar esa Europa más social que demanda la sociedad reconoce que el actual momento es complicado por la pandemia. “La crisis sanitaria ha destapado problemas graves de carácter social que ya habían sido identificados anteriormente pero que no recibían la atención que merecían. Uno de los efectos secundarios más perjudiciales de la pandemia ha sido el empeoramiento de la exclusión social y la desigualdad en la sociedad. Así, los colectivos más vulnerables, como las personas con discapacidad y los mayores, se han visto en ocasiones prácticamente abandonados por las instituciones. Responder a esa nueva realidad y necesidades de las personas con discapacidad es nuestra principal prioridad en Fundación ONCE. Así como hacerlo de la manera más eficaz en un contexto de transformación digital y transición ecológica, que ofrece oportunidades pero que también genera retos adicionales”, concluyó Cabra de Luna.