El G20 aún enfrenta un déficit de 21 millones de empleos

Logotipo del próximo encuentro del G20 en México

La Organización Internacional del Trabajo (OIT Abre nueva ventana) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE Abre nueva ventana) han presentado un informe conjunto en el que alertan de que si el empleo continúa creciendo al ritmo actual de 1,5%, será imposible reducir el déficit de cerca de 21 millones de empleos que se han acumulado en el G20 desde el inicio de la crisis en 2008.

En la nota de prensa publicada por ambas instituciones recuerdan el fuerte impacto que la desaceleración de la actividad económica ha tenido durante el segundo semestre de 2011 en el mercado laboral de los Estados del G20, quienes, además, tienen el reto de "promover una transición del trabajo precario e informal hacia empleos de calidad".
 
“El G20 tiene la oportunidad de hacer frente a las causas de la debilidad persistente de la economía mundial. Ahora es evidente que el camino a seguir es mediante una mayor integración entre las políticas económicas y sociales, con atención especial en las inversiones productivas, el empleo y el trabajo decente a fin de generar nuevas fuentes de demanda”, señaló el Director General de la OIT, Juan Somavia.


El desempleo juvenil, la gran inquietud

El informe señala con el dedo a la tasa de desempleo juvenil en los países del G20 como una de las mayores preocupaciones. De hecho, dicha tasa es de dos a tres veces más alta que la de los adultos.

No obstante, existen diferencias importantes al respecto entre los países, ya que el desempleo juvenil oscila entre el 7% y el 50%, situándose el promedio general en el 19,2% en todo el G20. Esta tasa, señalan, "no incluye a los jóvenes desmotivados y a aquellos que prolongan sus estudios frente a un mercado laboral desfavorable. La persistencia de la crisis incrementa los desafíos estructurales en términos de niveles altos de desempleo juvenil, en la mayoría de los casos en aumento, y también en la incidencia cada vez mayor del desempleo por largo tiempo".

Juan Somavia ha declarado al respecto que "escuchar a las mujeres y a los hombres jóvenes, y adoptar políticas que favorezcan que todos los jóvenes entren al mercado de trabajo con educación adecuada, formación profesional, experiencia inicial de trabajo y orientación, es esencial para medir la capacidad de nuestras sociedades de integrar a la nueva generación”.


Desempleo en general

En cuanto al desempleo general, el estudio muestra grandes disparidades entre los países del G20. Como ejemplo, los datos señalan que 5 de 17 países para los cuales hay datos disponibles registraron un crecimiento del empleo de 2% o más durante el año pasado, mientras que 6 muestran un crecimiento del empleo de menos de 0,6%.

Asimismo, durante el año pasado, la tasa de desempleo disminuyó en la mayoría de los países del G20, con frecuencia sólo moderadamente, pero aumentó en la mayoría de los países europeos. Alemania, Brasil, Indonesia, la Federación Rusa, Turquía, y más recientemente los Estados Unidos, registraron una disminución considerable del desempleo.

Las dificultades están afectando a la estructura laboral. De hecho, el estudio también pone de manifiesto el alto porcentaje de empleo informal en los países emergentes, que alcanza un promedio de 45% en 8 de los países del G20 de los cuales existen datos disponibles.

En todos los países del G20, se están produciendo grandes cambios en la composición sectorial del empleo, afirma el informe, y agrega que el empleo en los servicios públicos ha sido una de las principales fuentes de creación de empleo a partir de 2010.


Energías renovables

En otro estudio conjunto preparado para la reunión del G20, la OIT y la OCDE explican que la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono remodelará inevitablemente el mercado laboral de manera significativa, con pérdidas y ganancias en el empleo.

El estudio también identifica un número de estrategias que pueden contribuir al éxito de esta transición, incluyendo políticas dirigidas a promover la rápida expansión de las energías renovables, incentivos para promover la eficiencia energética de los edificios y la reforma fiscal ecológica que utilice los ingresos provenientes de los nuevos impuestos ambientales para reducir los impuestos sobre los ingresos del trabajo. Estas estrategias pueden desempeñar un papel importante para que las políticas ambientales, sociales y del empleo se refuercen recíprocamente.

A este respecto, el diálogo social entre gobiernos, empleadores y trabajadores se convierte en una herramienta esencial para facilitar una transición equitativa hacia una economía verde que enfrente el problema de la pobreza y que promueva el empleo y la protección social al mismo tiempo.

 

Nathalie Domínguez
Fuente: OIT