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El Pleno del Congreso dio este martes el visto bueno a la convalidación del decreto de la reforma laboral con los votos a favor del PSOE y las abstenciones del PP, CiU, PNV, CC, UPyD y UPN. La norma seguirá en las Cortes donde va a ser tramitada como proyecto de ley. La votación se saldó con 168 respaldos, 8 en contra y172 abstenciones.
En la defensa del decreto, que fue rechazado por IU-ICV, ERC, BNG y NaBai; el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, destacó que las medidas contenidas en la reforma laboral favorecerán a 8 millones de personas que están en paro o tienen contratos temporales sin conllevar pérdidas de derechos a los 11,5 millones que tienen contrato estable.
También señaló que la reforma persigue tres objetivos: acabar con la dualidad entre los trabajadores fijos y temporales, luchar contra la escasa flexibilidad del mercado laboral y reducir las dificultades de inserción de los jóvenes y los parados de larga duración.
Asimismo, defendió que estas medidas son las más adecuadas para dar una "respuesta a la actual situación de salida de la crisis" y para "afrontar problemas que afectan a España desde hace décadas, de forma adecuada y sin merma de los derechos de quien ya tiene un empleo estable".
Por ello, apeló a la responsabilidad de todos los grupos para apoyar la reforma "en el convencimiento de que el decreto es merecedor de la misma y por eso les pido que convaliden este texto en esta cámara". "Estamos Convencidos de que es la reforma que precisamos para impulsar la recuperación económica, mejorar la competitividad y hacer del empleo un factor más productivo, equitativo y de mayor calidad", concluyó.
La portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, explicó su abstención en el hecho de que el PP considera necesaria la reforma y que ésta se debata en las Cortes. Sin embargo, advirtió que la propuesta del Gobierno "es un fracaso anticipado y anunciado por las formas y por el fondo" que llega a golpe de improvisación, por la mínima y en la más absoluta soledad".
Asimismo, denunció que "es una reforma aislada, parcial, confusa y mal orientada porque se basa en el despido y no es la reforma del empleo, la que necesita España y defiende el PP".
Por ello, advirtió que no será "ni eficaz en lo económico ni justa en lo social" y que "constata una vez más la soledad política del Gobierno y su aislamiento social".
"Han tenido que pasar dos años y dos millones y medio de parados más para que el Gobierno asuma que una reforma es necesaria", prosiguió la portavoz popular quien concluyó que "el principal problema de la economía española, el que no arreglará esta reforma ni ninguna, es la credibilidad de José Luis Rodríguez Zapatero".
En respuesta, el portavoz del PSOE, José Antonio Alonso, tachó la intervención de su colega del PP de "meros eslóganes" y le acusó de "seguir sin poner ninguna propuesta encima de la mesa".
"Estamos convencidos de que la reforma va a ayudar a crear empleo" continuó Alonso, quien destacó que contribuye a crear un clima de confianza en nuestro potencial de crecimiento".
ALUVIÓN DE CRÍTICAS
Entre los que votaron en contra, Joan Herrera (IU) tachó la propuesta de "desequilibrada y valiente solo con los débiles" y afirmó que beneficia únicamente a "la patronal que solo quiere despedir". Asimismo, advirtió a Corbacho que "ahonda en el modelo improductivo" y que tendrá su respuesta en la calle a finales de septiembre".
En la misma línea, Joan Ridao denunció que con esta reforma "el mercado de trabajo es el gran damnificado de esta crisis" y que "ha llegado tarde después del naufragio en el marco del diálogo social y perpetrada por un gobierno acuciado por la crisis de la deuda". Además, concluyó que "acabará no solo recortando los derechos de los que tienen trabajo estable, sino también restando oportunidades a los atrapados entre la temporalidad y el desempleo".
María Olalla Fernández Dávila (BNG) denunció que el decreto es "una guerra absoluta contra el Estado de bienestar" que además del abaratamiento del despido "debilita una figura fundamental en la defensa de los derechos laborales como es la negociación colectiva".
La diputada de NaBai, Uxue Barkos, justificó su rechazo a la medida en que "supone el abaratamiento del despido porque no nos parece ni mucho menos la apuesta que este momento económico requiere ya que el eje del cambio debe estar en la formación".
Tampoco los que se abstuvieron fueron más favorables a la medida. Emilio Olabarría (PNV) sentenció que "la propuesta se basa en un modelo del siglo XIX", y advirtió a Corbacho que el decreto "está mal enfocado" por lo que puede ocasionar "el mismo efecto paradójico que se produjo con la aprobación del decreto de los recortes que duplicó la prima de riesgo".
"Es una forma de hacer el primo", apostilló el diputado nacionalista, quien indicó que puede aumentar la dualidad, el número de contratos temporales, el encadenamiento de trabajadores y provocar que resulte más barato despedir.
En nombre de CiU, Carles Campuzano, el único que afirmó que la propuesta contempla elementos positivos, centró su crítica en el retraso de su aprobación. "Todos sabíamos desde hace años que nuestro mercado de trabajo necesita reformas porque es ineficiente para las empresas e injusto para los trabajadores", afirmó Campuzano, quien culpó al Gobierno de esta demora por "sus perjuicios ideológicos y su obsesión táctica".
Por su parte, José Luis Perestelo (CC), tras tacharla de "cóctel de medidas variopinto que aspira a no enfadar a los unos ni a dar demasiado a los otros", denunció que "arranca sin el mínimo entusiasmo, ni siquiera el de sus proponentes".
Por último, Carlos Salvador (UPN) denunció que "llega muy tarde y que "es insuficiente e incompleta y Rosa Díez (UPyD) dijo que "no es la reforma que España necesita porque ha sido hecha bajo presiones exteriores" y acusó al Ejecutivo de no creer en ella.
ABSTENCIONES
El diputado del PSOE y ex secretario general de CCOO Antonio Gutiérrez cumplió su amenaza y se abstuvo en la votación de la convalidación del decreto de reforma del mercado laboral aprobado por el Gobierno, rompiendo así la disciplina de grupo.
Gutiérrez publicó este martes en el diario "El País" un artículo en el que expresaba su posición contraria a la reforma laboral , aunque luego matizó en declaraciones a los periodistas en los pasillos del Congreso que se abstendría. El portavoz del PSOE en la cámara, José Antonio Alonso, le recordó que "la opinión es libre pero la lealtad al Grupo (Socialista) es obligada".
8 MILLONES DE PERSONAS
El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, destacó este martes que las medidas contenidas en la reforma laboral favorecerán a 8 millones de personas que están en paro o tienen contratos temporales sin conllevar pérdidas de derechos a los 11,5 millones que tienen contrato estable.
Así se expresó Corbacho durante el debate del decreto de ley en el Pleno del Congreso, donde señaló que la reforma persigue tres objetivos: acabar con la dualidad entre los trabajadores fijos y temporales, luchar contra la escasa flexibilidad del mercado laboral y reducir las dificultades de inserción de los jóvenes y los parados de larga duración.
Asimismo, defendió que estas medidas son las más adecuadas para dar una "respuesta a la actual situación de salida de la crisis" y para "afrontar problemas que afectan a España desde hace décadas, de forma adecuada y sin merma de los derechos de quien ya tiene un empleo estable".
Por ello, apeló a la responsabilidad de todos los grupos para apoyar la reforma "en el convencimiento de que el decreto es merecedor de la misma y por eso les pido que convaliden este texto en esta cámara". "Estamos Convencidos de que es la reforma que precisamos para impulsar la recuperación económica, mejorar competitividad y hacer del empleo un factor más productivo, equitativo y de mayor calidad", concluyó.
Fuente: Servimedia