El Gobierno trabaja para reconocer la sordoceguera como discapacidad única

Sordoceguera

En línea con una de las reclamaciones históricas del sector

Redacción

El director general de Derechos de las Personas con Discapacidad del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, Jesús Martín Blanco, trabaja “con distintos departamentos jurídicos del Gobierno” en el reconocimiento de la sordoceguera como “discapacidad única”, en línea con una de las reclamaciones históricas del sector. Así lo anunció durante el acto con motivo del Día Internacional de las Personas Sordociegas, celebrado de forma virtual y organizado por la Federación de Asociaciones de Personas Sordociegas de España (Fasocide), la Fundación ONCE para la Atención a Personas con Sordoceguera (Foaps) y la Asociación de Familias de Personas con Sordoceguera (Apascide).

Explicó que la sordoceguera “es verdad que obedece a la conjunción de dos discapacidades, pero genera unas dificultades de percepción global que son únicas”, con características específicas. “Queremos que esto sea recogido por ley, tal y como nos habéis pedido”, prosiguió, y en ello “estamos trabajando”.

Además, Martín Blanco se comprometió a impulsar un censo nacional de personas sordociegas para “tener conocimiento exacto de la realidad” de este colectivo, cuyas cifras reales se ignoran.

Del mismo modo, aseguró que las personas con discapacidad y grandes necesidades de apoyo “serán un objetivo prioritario de la Estrategia Nacional de Discapacidad” que prepara su departamento.

En su discurso, Martín Blanco rindió homenaje a la activista y escritora estadounidense Helen Keller, primera licenciada universitaria con sordoceguera, cuyo nacimiento el 27 de junio de 1880 marca la celebración de este día.

En el encuentro participaron también el presidente de Foaps, Andrés Ramos; la presidenta de Apascide, Dolores Romero; el presidente de Fasocide, Francisco Trigueros, y la vicepresidenta de servicios sociales y participación de ONCE, Imelda Fernández.

Junto a ellos intervinieron seis personas sordociegas que contaron su experiencia durante los meses de confinamiento y la pandemia, en tanto que jóvenes, mayores, mujeres, estudiantes, trabajadores y personas en residencia.

Todos coincidieron en la gran dificultad que el distanciamiento físico y la prohibición de tocar supuso para ellos, ya que “el tacto es el principal medio de acceso al mundo para las personas sordociegas”.

También destacaron la falta de accesibilidad de muchas aplicaciones y herramientas web utilizadas para el teletrabajo, los problemas por no poder contar con sus guías intérpretes y mediadores habituales, el encierro que se vivió en las residencias y las dificultades para seguir con las clases online y otras actividades.

Por su parte, Ramos y Romero detallaron cómo las entidades se adaptaron durante la pandemia para continuar con la prestación de servicios, aunque muchas tuvieron que cesar su actividad durante algunos meses.

Finalmente, Trigueros lamentó que las personas sordociegas no hayan sido considerada grupo prioritario en la Estrategia Nacional de Vacunación, “teniendo en cuenta que somos posiblemente las que más necesitamos el tacto”.

“Las que han sido vacunadas lo fueron por formar parte de otros grupos, como grandes dependientes”, explicó, y algunos mediadores intérpretes igual, por pertenecer al ámbito educativo”. "Los demás quedamos desprotegidos”.

A su vez, Imelda Fernández quiso agradecer el trabajo de “todos los guías intérpretes, mediadores y asistentes personales que, junto a las personas sordociegas, han sido las grandes expuestas de esta pandemia”.