El Gobierno presentó este lunes un documento a representantes de los sindicatos y de la patronal para, junto con las comunidades autónomas, diseñar antes de final de año un plan de impulso a la Formación Profesional (FP) en España. El objetivo es “modernizar y prestigiar” este tipo de formación que el pasado curso contó con 800.000 jóvenes matriculados.
El documento se entregó en el encuentro ‘El impulso a la Formación Profesional’ celebrado en La Moncloa con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, los secretarios generales de los sindicatos UGT y CCOO, Pepe Álvarez y Unai Sordo, respectivamente, y los presidentes de la patronal, representada por CEOE y Cepyme, en las personas de sus presidentes, Juan Rosell y Antonio Garamendi, respectivamente.
Pedro Sánchez señaló que es “voluntad del Gobierno dar un impulso estratégico rápido y urgente a todo el sistema de FP como pieza clave para garantizar la fortaleza competitiva y la mejora de la empleabilidad en España”. El “punto de salida” de este diálogo, en el que, según los sindicatos también se tendrá en cuenta la opinión de las comunidades autónomas, será este mes de septiembre en la reunión del Consejo de FP.
Tras la reunión, en declaraciones a la prensa, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, apuntó que el plan trata de lograr que la FP sea “una buena opción” para que los alumnos apuesten por ella y que con el plan estratégico se “va a dar salida profesional de manera más inmediata”. Según indicó Álvarez, aunque están “en el inicio del debate”, el plan deberá contemplar “cambios legislativos”, no debe “eternizarse” y debe contar con presupuesto.
El Ejecutivo apuntó que buscará agilizar el ajuste entre la oferta y la demanda de cualificaciones a corto y medio plazo, haciendo partícipes a las empresas y a los sectores productivos en el Observatorio del Instituto Nacional de Cualificaciones (Incual). Además, los agentes sociales también intervendrán en el diseño de los nuevos títulos de FP para dar respuesta a las necesidades de capital humano que requiere el mercado laboral.
Según informó Presidencia del Gobierno, éste también se compromete a “simplificar” los mecanismos de diseño y la actualización de las nuevas titulaciones para que estén disponibles “a tiempo” con el fin de dar “una respuesta rápida y eficaz a las necesidades de los tejidos productivos de cada territorio”.
También se ha propuesto a los agentes sociales que participen en la formación y actualización del profesorado, mediante estancias en empresas, y que velen por garantizar la calidad de las estancias formativas de los alumnos en las compañías.
ACREDITACIÓN PROFESIONAL
En su comparecencia, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, subrayó la necesidad de “prestigiar e impulsar la FP y la formación permanente a lo largo de la vida profesional de todas las personas trabajadoras” como arma contra la exclusión laboral. De hecho, en la reunión también se subrayó que el 46% de la población activa española carece de acreditación profesional, pese a su experiencia laboral, otro desafío a superar, según el plan del Gobierno.
“Los agentes sociales tenemos mucho que aportar”, aseveró, apuntando especialmente a evitar que las pequeñas empresas no se queden fuera del circuito de la formación permanente y trasladando a los trabajadores cómo acceder a esa formación reglada y enfocada a la empleabilidad.
“Esto va a exigir recursos. No se pueden hacer desde las buenas intenciones o ideas”, reclamó tanto al Estado como a las CCAA. Sin embargo, dijo, en la reunión de este lunes, no se entró “en números”. “El mejor presigio es invertir recursos”, añadió, aunque para prestigiar la FP también considera necesarias campañas de publicidad y ‘marketing’.
En representación de la patronal, el presidente de CEOE, Joan Rosell, también apuntó a la prensa que la FP “es un tema prioritario, por encima de cualquier otro”. Pero dijo que “tiene que venir muy ligada con todo lo que es la formación en la Universidad y la formación continua, que en los últimos tiempos ha bajado muchos escalones”. “La hemos de explicar bien”, recalcó.
“Hay que prestigiarla”, dijo en la línea de sus interlocutores. “No es una segunda división, ni muchísimo menos. Es mucho más fácil de adaptar a la realidad que la Universidad”.
Y en ese proceso, apuntó: “Las empresas queremos estar presentes”. “Muchas de las demandas de puestos de trabajo que estamos pidiendo no se están atendiendo. No tenemos muchas de las maestrías que necesitamos”, dijo.