"La innovación es la quintaesencia de la prosperidad"

Germán Granda

Germán Granda, director general de Forética

Responsabilidad Social Corporativa. Ésta es la expresión clave de los últimos años que ha ido desarrollándose gradualmente con el fin de obtener un beneficio social partiendo de la implicación de las propias empresas. Pero ¿saben éstas cómo innovar su vertiente más ética para adaptarla a una sociedad cambiante? ¿Cuáles son los nuevos retos corporativos ante la crisis? El director general de Forética Abre nueva ventana ha desvelado algunas de claves.


Recientemente, se celebró la jornada “Innovación responsable, un reto para el siglo XXI”. ¿Hasta qué punto o por qué es un reto? ¿Y qué camino ha de seguir dicha innovación?

La innovación es una aportación de valor a través de la cual se satisfacen necesidades o requisitos nuevos en el mercado, o se resuelven los ya existentes, de una manera distinta y novedosa. La innovación es la quintaesencia de la prosperidad, que permite incrementar la productividad de los recursos existentes, la creación de nuevos mercados, o ambas cosas al mismo tiempo. Desde Forética, en nuestra investigación en colaboración con el Observatorio Zeltia defendemos el concepto de innovación responsable, aquella que hace una aportación positiva al trinomio de factores económico, social y ambiental.


Cada vez se iniste más en el apoyo del emprendimiento y de la protección de las pymes como motor económico. ¿Qué aconseja para inculcar el espíritu emprendedor en nuestro país y para impulsar las pymes?

Mirando a futuro, todo parece indicar que las pymes van a jugar un papel decisivo en los ciclos de innovación venideros, generando una simbiosis entre grandes y pequeñas empresas. Por eso es necesario fomentarlas, potenciar las habilidades y el conocimiento de profesionales para crearlas, eliminar trabas innecesarias y favorecer su incorporación en los mercados internacionales.

Creemos que el front end de la innovación (la generación de ideas innovadoras) gravitará en torno a las pequeñas y medianas empresas en las que existe más flexibilidad, se adaptan más rápido a los cambios y son (más) independientes. Las pymes son, en general, menos rígidas en su gestión ya que tienen menos costes de coordinación que las grandes.

Por citar algún ejemplo, la agilidad de la pyme se observa en que la toma de decisiones pasa por menos órganos y etapas de aprobación, no están (tan) sometidas a la presión de los mercados financieros, se reestructuran más rápido, los presupuestos son más elásticos y pueden variar en función de las necesidades del momento.

El back end (fase de test e implementación de la idea) estará dominado por las grandes empresas con mayor músculo financiero, para financiar su desarrollo, y con acceso a canales de comercialización más masivos.


A este respecto, ¿cree que el mencionado espíritu emprendedor o mentalidad emprendedora entre nuestra juventud es muy diferente al del resto de los socios comunitarios? ¿Está menos inculcado, por ejemplo, en las universidades o escuelas?

A veces da la impresión de que hemos esperado a entrar en crisis para ‘animar’ a los jóvenes a adoptar más iniciativas, a estar más motivados o valorar la movilidad, o que muchas universidades incluyen esta motivación emprendedora como nuevas asignaturas curriculares.

Es cierto que la crisis está sacando a la luz mucho talento y un espíritu emprendedor que había permanecido latente. También es cierto que universidades y escuelas de negocio deben hacer un esfuerzo para orientar este espíritu a la generación de negocios que sean capaces de resolver grandes retos globales. Tenemos potencial, de hecho el porcentaje de la población entre 30 y 34 años con estudios superiores es un 17% superior a la media de la UE, pero debemos enfocar mejor el conocimiento potenciando los ámbitos científicos, tecnológicos y de gestión.


En el contexto económico, social y financiero en el que nos encontramos parece que la estrecha colaboración entre las empresas y las entidades del Tercer Sector es un compromiso integrado en la RSE corporativa. ¿Qué opina del hecho de que tenga que existir una gran institución como Forética para impulsar el conocimiento y el desarrollo de buenas prácticas empresariales?...

Afortunadamente ya existen prácticamente en todos los países del mundo entornos empresariales como Forética donde empresas y organizaciones comparten tendencias, retos, buenas prácticas y colaborar en la resolución de retos sociales y ambientales.

La evolución del mundo, los mercados internacionales y la propia gestión empresarial están incorporando retos que afectan a productos, servicios y formas de actuación. El cambio climático, el envejecimiento de la población, la transparencia, la escasez de ciertas materias primas y de agua en los próximos años o la incorporación a nivel global de 2.000 millones de personas a la clase media, por citar algunos desafíos, generan a su vez nuevos retos. La mayoría de ellos necesitan de la innovación que sólo se genera en procesos de colaboración entre diferentes actores.


…a veces tenemos la impresión de que la RSE tiene que premiarse: sellos de calidad, listas de las mejores empresas en políticas sociales o medioambientales… ¿Se trata de generar competencia entre ellas para influir positivamente en la sociedad o de una verdadera voluntad por parte del empresario independientemente de que le incluyan o no en alguna lista? La RSE, ¿es un compromiso sincero, solidario?

Es cierto que en los primeros años de evolución ha habido posicionamientos muy marketinianos en torno a la RSE que han perjudicado el concepto. Pero cada vez más se ha incorporado como un elemento del management necesario para actuar en los mercados.

La transparencia va a ser una exigencia aún mayor en los próximos años y ello incorpora la transparencia frente al consumidor, además de los inversores, de los aspectos sociales, ambientales y de buen gobierno.

Las empresas van a incorporar cada vez más un compromiso mayor en este ámbito y será necesario por tanto mejorar en paralelo los estándares de medición y evaluación y adaptarlos a los aspectos más relevantes que sean demandados por la sociedad. En este sentido, la Norma SGE 21 de Forética, que cuenta ya con más de 100 empresas certificadas en España, se someterá a una revisión este año a fin de incorporar las últimas tendencias en RSE e incrementar su compatibilidad con otros estándares. 


Hablando de empresas del Tercer Sector, ¿cómo convencer sobre los beneficios socioeconómicos del emprendimiento social?

En primer lugar es necesario convencer sobre los beneficios de emprender. Generar una idea que sea relevante y que se pueda poner en marcha de forma sostenible, que tenga sentido en el mercado a medio y largo plazo. En este sentido, existen muchas posibilidades para que estas ideas tengan un impacto muy positivo en la vida de las personas. De nuevo se necesitará además de la idea, colaboración y siempre mucho mucho trabajo.


 

Entrevista realizada por Nathalie Domínguez
Foto: Forética