La Comisión de Empleo del Parlamento Europeo ha mantenido un intenso debate junto a otros expertos internacionales sobre los refugiados. Efectivamente, no es la primera vez que el tema de la inmigración vinculada a la búsqueda de asilo se pone sobre la mesa, principalmente desde el comienzo de los conflictos bélicos en Oriente Medio. Pero en esta ocasión el eje de las discusiones ha tenido un foco particular, ¿podremos insertar laboralmente al refugiado?
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Europa no registraba un desplazamiento de población de tal envergadura. Más allá de la política exterior, encontramos la cuestión de la inserción social y laboral. Residencias permanentes, estancias temporales, buena acogida, sistema sanitario y educativo preparado, reunificación familiar... una larga lista de temas subyacentes a un estudio regido por ¿la moral? ¿la política? ¿la justicia? En cualquier caso, la cabeza de Europa mira hacia abajo para ver por dónde pisa, mientras la levanta para no perder de vista el camino que recorre dirección a un futuro a medio plazo y el aún no avistado final del sendero.
La sala de la Eurocámara acogió diversas opiniones, siendo una de ellas la "politización" de la integración y la inclusión social de los refugiados, y que "afecta a las políticas de asilo, a la protección internacional, a los mercados laborales y la discriminación", detallaba el eurodiputado socialdemócrata italiano Brando Benifei, ponente parlamentario en la materia y responsable de la redacción del informe.
Las políticas europeas permanecen fragmentadas dada la diferencia de las condiciones de cada Estado miembro en materia laboral, comentaba Benifei, y "las competencias de la Unión Europea en algunos de estos campos es bastante limitada".
Por su parte, Denis Haveaux, director de la de la Cruz Roja para la UE, aludía a la consideración de otros aspectos adyacentes para el desarrollo de proyectos en este ámbito. "Para tener éxito en la integración es necesario plantearse medidas de apoyo a la inclusión laboral, pero también otras como la reunificación familiar, el acceso a la atención sanitaria, apoyo psicosocial y rehabilitación, asesoramiento jurídico, y aprendizaje de idiomas", recomendaba.
Tal y como informa el servicio del Parlamento Europeo en nota de prensa, una de las cuestiones cruciales planteadas durante el debate fue la duración de los trámites para conceder asilo, ante la que se mostró crítica Hala Akari, representante de la Asociación Nacional de Refugiados Sirios y la iniciativa popular sueca Mariestad. También se mencionó la necesidad de establecer normas comunes para reconocer las cualificaciones y evaluar las competencias. Jean Lambert, eurodiputado verde británico, planteó la cuestión de cómo lograr "un modo sistemático de evaluar las competencias que estas personas ya atesoran".
Asilo para hoy, paro para mañana
También hubo una cuestión interesante respecto a la integración laboral: ¿debería ésta realizarse mediante subsidios y subvenciones? ¿Supondría un elevado coste económico? ¿Provocaría actitudes xenófobas? Ante esta cuestión, la eurodiputada socialdemócrata alemana Jutta Steinbruck sostuvo que "todos los que buscan trabajo en Europa deben recibir el mismo trato, con independencia de que sean nacionales de la UE o de otra parte del mundo".
A lo que replicaba Wolfgang Mueller, representante de la Agencia Federal Alemana de Empleo, que "el refugiado de hoy no debería convertirse en el parado de larga duración de mañana", defendió .
Ryszard Cholewinski, especialista de política migratoria de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), apelaba a la necesaria superación de la "falta de solidaridad" por parte de la UE. De la misma opinión es la eurodiputada popular francesa Elisabeth Morin-Chartier, quien esgrimió que "Europa tiene que basarse en sus propios valores para combatir toda forma de xenofobia", ya que "es un punto de atracción para todo el mundo por los valores que representa", afirmó.
Más estricto se mostró a este respecto el eurodiputado conservador polaco Czeslaw Hoc, quien tildó de "ilusorias" algunas de las cuestiones citadas. "Cada país tiene su propia identidad nacional, integrar sin asimilar es una utopía", zanjó.
En cualquier caso, y mientras sigue el flujo de inmigrantes rodeados perdidos y afectados por la pobreza, el debate está servido.
Nathalie Domínguez