Fundosa Social Consulting de Castilla –La Mancha junto con la Escuela universitaria de Magisteriohan organizado las primeras Jornadas Universitarias de la Discapacidad en Toledo.
El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI ), con el patrocinio del Ministerio de Trabajo e Inmigración, ha promovido un estudio sobre 'La Responsabilidad Social Empresarial en el ámbito de la discapacidad (RSE-D): Dimensión, contenido y tendencias en época de crisis', tras el análisis de las políticas de RSE llevadas a cabo por empresas de diverso tipo desde el punto de vista económico como de negocio.
El contenido del estudio, realizado para el CERMI por la abogada María Cortés Ortiz, se ha realizado en base a la información contenida en las Memorias de RSE presentadas por las compañías en sus páginas corporativas. A raíz del estudio, uno de los aspectos que se destaca es que la inversión en RSE en la mayoría de las grandes corporaciones es entendida como una inversión estratégica dentro de su sector de actividad; mientras que empresas eléctricas o energéticas suelen dedicar la inversión en responsabilidad social a proyectos medioambientales, las entidades financieras y compañías de seguros dirigen su inversión a proyectos socio-asistenciales.
También, actualmente, según el estudio, la mayoría de las grandes corporaciones empresariales presentan memorias anuales en RSE, pero “sin seguir un modelo normalizado y utilizando mucha retórica para la presentación de los proyectos”. A pesar de ello, en los últimos años, se están incrementando las empresas que han comenzado a elaborar Memorias de Sostenibilidad en base al Global Reporting Initiative (GRI), aunque la información sigue presentándose de forma complicada y difícil. Asimismo, se ha llegado a la conclusión que es frecuente la repetición de un mismo proyecto en diferentes partes de la memoria, así como en memorias de RSE de años consecutivos.
Por otra parte, la mayoría de las entidades que no entienden la Responsabilidad Social como estratégica, llevan a cabo la inversión en discapacidad a través de Fundaciones y Asociaciones independientes, echándose en falta la dirección directa desde la compañía.
En lo relativo al cumplimiento del 2% de personas con discapacidad en plantilla, exigido por la LISMI, numerosas organizaciones lo presentan como un logro de Responsabilidad Social; otras, incluso, plantean la moratoria para el cumplimiento del porcentaje legal exigido. Además, se resaltan como proyectos de RSE-D, la adaptación de las instalaciones para facilitar la accesibilidad de trabajadores en plantilla con alguna discapacidad física.
Por otro lado, también se ha apreciado que no hay planes globales de acción en discapacidad dentro de las políticas de RSE de las empresas, ni a medio ni a largo plazo, por lo que los proyectos que se desarrollan son puntuales, es decir, no presentan una continuidad en el tiempo. También destaca que no se cuantifica el retorno de la inversión en RSE y menos aún la realizada en discapacidad.
En los últimos años ha sido objeto de estudio el comportamiento de las empresas españolas respecto a las políticas de inversión en Responsabilidad Social que desarrollan, llegando algunos, incluso, a aventurar la tendencia de las mismas en los próximos años de incertidumbre económica.
En el estudio se hace referencia a otro informe, publicado por el Instituto ESADE en abril de 2010. Según indica este estudio, aún hay una brecha importante entre EEUU y España en cuanto a inversión en RSC, aunque la inversión media en RSC de compañías españolas continúa creciendo en 2009 respecto a años anteriores. “Tanto las compañías españolas como americanas que llevan a cabo una inversión en RSC de una forma más sustancial, parecen no tener previsto reducir la inversión en RSC a pesar de la rebaja de ingresos y la situación de incertidumbre futura”, explica.
Sin embargo, continúa, “se ha constatado que, tras la realización del estudio, la crisis económica sí ha minorado la inversión privada destinada para el año 2009 a RSE y, por consiguiente, la parte proporcional dedicada a la discapacidad”, al mismo tiempo que prevé que “la tendencia en los próximos años será continuar con la disminución de la inversión proyectada”.
En el estudio promovido por el CERMI se resalta la actuación “importantísima” que llevan a cabo las Asociaciones y Fundaciones dirigidas a la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad. “Sería deseable que las propias administraciones públicas establecieran un sistema de fomento de la inversión en RSE-D por parte de las empresas, a través de exenciones fiscales, deducciones o cualquier otro tipo de bonificación, que incentivara a las corporaciones a dirigir su política de RSE al área de discapacidad, revertiendo así en este colectivo parte de los beneficios obtenidos por su actividad”.
También considera que “sería conveniente que existiera un modelo normalizado de memoria en RSE claro y comprensible para poder comparar la política de inversión anual en RSE de las distintas empresas e incluso hacer un seguimiento continuado en el tiempo”.
Las conclusiones derivadas de este estudio “confirman que los avances conseguidos en el área de la discapacidad en las últimas décadas en cuanto a inserción social, fomento del empleo de personas con discapacidad, etc. pueden verse afectados por la falta de recursos en estos tiempos de crisis económica”.
Fuente: Servimedia