¿De qué modo ha arrancado el año la Unión Europea en materia de Empleo y desarrollo social? Esta pregunta ha sido profundamente analizada en una conferencia celebrada en Bruselas y organizada por la Comisión de Empleo, Asuntos Sociales, Capacidades y Movilidad Laboral, encabezada por Marianne Thyssen, con motivo de la presentación del informe anual sobre 'Empleo y desarrollo social en Europa 2015' .
El acto comenzó con una valoración casi positiva. ¿Por qué? Pese a recoger dicho informe la evolución al alza del empleo y de la situación social en la UE, persisten las grandes disparidades entre los Estados miembro en lo que respecta al crecimiento económico, al mercado laboral y a otros indicadores clave en este área. "Muchas de estas disparidades se deben a la infrautilización del capital humano en varios frentes", detaca el examen 2015.
A lo largo de la jornada se trataron cuatro bloques considerados elementales para evaluar tanto el panorama presente como el abordaje de los principales retos que asoman ya la cabeza.
El primer panel se centró en cómo optimizar el capital humano, integrando en este punto el desarrollo de la formación y el papel de la movilidad y de la migración. En una intervención esperada, Marianne Thyssen, destacó que "debemos velar por que haya más y mejores oportunidades para las personas de la UE, en especial para las más alejadas del mercado laboral. También debemos invertir para reforzar las capacidades de las personas, de manera que todos los hombres y mujeres de la UE puedan aprovechar todo su potencial. Tenemos que invertir en las personas para lograr crecimiento y empleo. Asimismo, debemos garantizar que nuestros sistemas de Derecho laboral y de protección social sean adecuados para los fines previstos en el siglo XXI y debemos fomentar el emprendimiento y la innovación. El pilar europeo de los derechos sociales desempeñará un papel importante en este contexto".
Efectivamente, el Informe de 2015 pone de manifiesto que la UE puede aprovechar mejor sus recursos humanos a través de la movilidad laboral. ¿Cómo? La movilidad de estos trabajadores ha reducido el desempleo en algunos de los Estados miembros más afectados por la crisis y ha ayudado a reducir la escasez de mano de obra en los países de acogida.
¿Pero cuál es la situación real actual a este respecto? Aunque el número de trabajadores que se desplazan ha aumentado durante las dos últimas décadas, "su porcentaje respecto al total de la mano de obra sigue siendo limitado": sólo el 4% de la población de la UE con edades comprendidas entre los 15 y los 64 años vive en un Estado miembro distinto de aquel en el que nacieron". Sin embargo, los trabajadores móviles de la UE "suelen tener, en general, mejores perspectivas de empleo que la población autóctona".
Las otras tres rondas de intervenciones pusieron en valor el papel de la protección social en la promoción del empleo y la lucha del desempleo a largo plazo; la promoción del autoempleo y emprendimiento; y el lugar que ocupa el diálogo social en Europa.
Veamos estas cuestiones con más detenimiento. Un tema preocupante es el desempleo de larga duración, que afecta a aproximadamente 11,4 millones de personas en la UE. Este combate es esencial, destaca el informe, para mejorar la eficacia del mercado de trabajo, pues los desempleados de larga duración tienen aproximadamente la mitad de oportunidades de encontrar empleo que los desempleados de corta duración. ¿Qué herramienta puede jugar a nuestro favor para ganar esta lucha? Insistimos: la educación. El análisis del informe pone de manifiesto que "estar inscrito en los servicios públicos de empleo nacionales y seguir cursos de formación aumenta considerablemente las posibilidades de obtener un empleo estable".
No obstante, la educación no es el único factor influyente a la hora de tratar las causas del desempleo. Si bien el nivel de paro en la UE continúa siendo elevado, los empresarios siguen teniendo dificultades para cubrir determinados puestos vacantes. Y esto no sólo se debe a la falta de capacitación del candidato. La empresa también tiene parte de responsabilidad por su "incapacidad para ofrecer una remuneración o unas condiciones laborales atractivas, buenas oportunidades de formación o buenas perspectivas profesionales".
De hecho, el informe de 2015 concluye que existe una proporción importante de trabajadores no pertenecientes a la UE que ejercen profesiones que se encuentran por debajo de su nivel de cualificación. La iniciativa Agenda de Nuevas Cualificaciones que prepara la Comisión para este año intentará abordar estos desafíos.
Y ya que hablamos de las condiciones laborales, del informe se desprende que los contratos de trabajo cada vez son más variados, favoreciendo la flexibilidad laboral y la consecuente participación en el mercado laboral. Y aunque esto es positivo, dicha flexibilidad no es beneficiosa para todos los ciudadanos y puede conllevar a una segmentación del mercado de trabajo. ¿Significa ello que hay que poner fin a la flexibilidad? Obviamente no, simplemente hay que tener en cuenta la seguridad necesaria para evitar una posible inestabilidad laboral.
Como ya hemos citado, el informe de 2015 destaca también el potencial del empleo por cuenta propia y del emprendimiento como vía de creación de puestos de trabajo. No obstante, los datos indican que "algunos grupos, entre ellos los jóvenes, las personas mayores, las mujeres y las minorías étnicas, pueden encontrarse con mayores obstáculos para crear su propia empresa". Un aspecto éste que viene acompañado de la falta de conocimientos y las competencias necesarios para iniciar una actividad empresarial, tal y como muchas personas reconocen. Asimismo, el documento insiste en que las políticas específicas pueden ayudar en este sentido tratando los principales y persistentes obstáculos: el acceso a la financiación o a incentivos fiscales, la falta de educación en materia de emprendimiento o las dificultades en la atención de niños y personas mayores.
Respecto a este último aspecto, debemos recordar que "los niveles de empleo de las mujeres con hijos y de los trabajadores mayores siguen siendo significativamente bajos". Promover una mayor participación de estos grupos en el mercado laboral es fundamental en un contexto de envejecimiento de la población.
El diálogo social es esencial para promover una recuperación económica sostenible e integradora. Los interlocutores sociales han participado en el diseño y la aplicación de varias reformas y políticas importantes. Para que el diálogo social pueda desempeñar eficazmente esta función quizá haya que reforzar la capacidad de los interlocutores sociales, en especial en los Estados miembros en los que el diálogo social es frágil o se ha debilitado como consecuencia de la crisis económica.
La realización de estos informes sobre la evolución del empleo y de la situación social tiene como objetivo lanzar reflexiones sobre los retos futuros y las posibles respuestas políticas. Sobre la base de los datos y la documentación más recientes, los informes respaldan las iniciativas de la Comisión en materia de política social y de empleo, lo cual contribuye al Semestre Europeo, el paquete de movilidad, el paquete sobre las capacidades y el desarrollo del pilar europeo de derechos sociales.
Nathalie Domínguez