Las ciudades sostenibles favorecen el crecimiento económico, según el último estudio del PNUE

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El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUE) ha publicado un informe en el que asegura que el desarrollo sostenible de las infraestrucutras urbanas no sólo benefician el medio ambiente, también favorecen el crecimiento económico y la cohesión social a la par que la creación de empleo, según recoge la nota de prensa de este organismo.

Casi tres cuartas partes de los recursos naturales del mundo son consumidas en las ciudades y, además, hay que tener en cuenta que las ciudades aglutinarán al 70% de la población mundial de aquí al año 2050 y son el centro de las principales actividades económicas. Por ello, el PNUE ha lanzado el aviso de que con infraestructuras más sostenibles y con menos recursos, sí se puede obtener un crecimiento económico.

El director ejecutivo del PNUE, Achim Steiner, ha declarado que "hasta ahora, la tendencia a urbanizar ha estado acompañado de una fuerte presión sobre el impacto medioambiental y de un crecimiento de las poblaciones pobres en las ciudades".

Sin embargo, prosigue Steiner, las ciudades que apuesten por ser más verdes e innovadoras, tienen más posibilidades de ahorro y hacer frente a los desafíos medioambientales.


CONSEJOS

El informe, que se basa en el estudio de 30 ciudades del mundo, ofrece algunas claves para demostrar que el impacto medioambiental no siempre está reñido con la construcción y que, además, posibilita la creación de numerosos empleos "verdes".

Así, el informe recomienda redoblar los esfuerzo para mejorar la sostenibilidad en las nuevas infraestructuras en los ámbitos del "consumo de agua, energía, transporte, gestión de resíduos y otros sectores situados generalmente en las proximidades de las ciudades, con el objetivo de poner fin a los modelos de consumo insostenibles, e impedir los efectos nefastos para las siguientes generaciones".


ALGUNOS EJEMPLOS

Entre los ejemplos más destacables para el PNUE, se encuentra el de Melburne (Australia). Esta ciudad ha reducido en un 40% la emisión de CO2 tras la intruducción de medidas sobre eficacia energética en los edificios públicos.

En Ciudad del Cabo (Sudáfrica), la renovación de alojamientos sociales con calefactores e iluminación alimentados por energía solar ha permitido eliminar más de 6.500 toneladas de carbono anuales. Esta acción se ha traducido en un ahorro de costes energéticos en los hogares más pobres y en una reducción del 75% del número de pacientes afectados por enfermedades respiratorias.

Otras medidas emprendidas se han centrado en la incorporación progresiva de vehículos eléctricos o de explotaciones agrícolas urbanas para la producción local de alimentos.

 

 

Nathalie Domínguez / Funete: ONU