Begoña Grijalvo, directora territorial de Inserta Castilla y León
Esther Peñas
Mujer, de entre 45 y 65 años, con discapacidad físicas y estudios primarios, este es el perfil de los demandantes de empleo de Inserta Castilla y León que, unido a la dispersión geográfica y el envejecimiento de la población dificulta enormemente la empleabilidad del colectivo. Sin embargo, Begoña Grijalvo, directora territorial de Inserta es optimista. La clave, a su juicio: el equipo. Conversamos con ella para conocer de primera mano la realidad del colectivo en la región más extensa de España, y cuyo Índice de Desarrollo Humano, superó al de Francia, Suecia, países Bajos y Japón.
En líneas generales, ¿cuál es situación del colectivo de personas con discapacidad en Castilla y León (CyL), tanto en lo que se refiere a empleo como a formación?
Te respondo con los datos de nuestra bolsa. En Castilla y León hay 250.000 personas con discapacidad; hemos percibido que nuestra bolsa está más envejecida. De las 18.000 personas que la integran, 7.000 son mujeres, y de ellas, alrededor de 11.000, tienen entre 45 y 65 años, y solo 1.111 son menores de treinta. A esto hay que sumar que, el grueso del colectivo, presenta discapacidad física. Este binomio, mayor con discapacidad física, dificulta mucho la posibilidad de empleo. Uno once mil cuentan con formación primaria y solo 1.565 con educación superior. Este es el perfil, complejo y complicado para las opciones de empleabilidad, teniendo en cuenta, además, lo difícil que, a día de hoy, resulta conseguir un certificado de discapacidad.
Por lo que respecta a formación, y advirtiendo que no han sido muchos los fondos disponibles en este programa formativo, el pasado año formamos a 607 alumnos. A pesar de todos estos impedimentos, y gracias al buen equipo, los datos de inserciones han sido buenos: 912 inserciones en 2021 y 350 en lo que va de año; no es labor solo nuestra, tenemos empresas muy comprometidas, demandantes con muchas ganas. Todos ponemos de nuestra parte, y así todo resulta más fácil.
¿De qué tipo son esas 607 formaciones?
Sobre todo, de servicio de atención al cliente, carretilleros y limpieza; hay poca formación para el empleo porque consume más fondos y se consiguen menos alumnos; en general, procuramos formación trasversal, idiomas, informática, limpieza, mucha teleformación.
Aparte de laboral y formativamente, ¿de qué manera ayuda Inserta a las personas con discapacidad?
Procuramos hacer todo lo que podamos, darles esperanza y motivarles, porque esas son dos claves para que avancen y participen en la formación, las entrevistas de selección, para que sean capaces de ver que Inserta no solo se fija en sus limitaciones, eso se reconoce en el centro base, sino que nos centrarnos en las capacidades que tienen para buscarles una mejor opción de inserción; qué podemos buscar para cada uno en función de lo que pueda y sepa hacer. Por eso perciben a Inserta como una entidad en la que se sienten protagonistas, en la que no se les discrimina, a ellos, acostumbrados al rechazo, que se centra en ellos. La pena es que no hay oportunidades para todos. Y después, aunque esto no lo perciben nuestros demandantes, desde Inserta se hace un enorme trabajo de sensibilización en las empresas y la población en general, para que se vaya normalizando la discapacidad. Y eso, redunda en la inclusión y, por tanto, mejora su calidad de vida.
¿Cuál es la relación que mantiene Inserta CyL tanto con las administraciones públicas como con las empresas en el territorio?
Diría que hay buena relación y que la seguimos mejorando. Contamos con más de tres mil empresas en nuestra base de datos y trabajamos mucho la fidelización, teniendo en cuanta que casi la totalidad de ellas son pymes, hay poca industria, aunque la poca que existe hay que mantenerla. Destacamos por fidelizar a nuestras empresas, por la atención y el buen servicio que las prestamos, y somos realistas en lo que podemos ofrecerles, algo que valoran mucho y que consolida nuestro prestigio. Por parte de la Administración también hay buen entendimiento, que se traduce en la firma de convenios de colaboración, los conocidos como «convenios municip». También tenemos un convenio con la Junta de Castilla y León, así que no está nada mal. Seguimos trabajando para incrementar acuerdos, pero las dos patas del banco están vinculadas a nosotros, las empresas, que dan empleo, y las administraciones, que son quienes más cerca están de las personas con discapacidad.
¿Cuál es el gran reto de Inserta Castilla y León para el medio plazo?
Tenemos muchos… como soñar es gratis, lo primero, conseguir más fondos, para incrementar las posibilidades de empleo del colectivo; estar más presentes en el tejido empresarial; contar con una mayor variedad de perfiles de nuestros demandantes de empleo, y con más jóvenes con discapacidad, con perfiles más cualificados. Y algo muy importante y poco valorado, encontrar opciones para el colectivo senior, mayores de cincuenta, porque como ahora no se valora la experiencia, las peticiones que recibimos tienen límite de edad. Por último, poder encajar el enorme desequilibrio entre la ubicación de la empresa y la ubicación de las personas. Esos son los retos.
¿Es optimista con ellos?
En algunos sí, en otras resulta difícil serlo, sobre todo porque no dependen de nosotros. Con los fondos recibidos por parte del Fondo Social y de Fundación ONCE, hacemos lo que podemos, que es bastante, dados los resultados, pero, por ejemplo, en ese desequilibrio territorial, poco podemos hacer, salvo concienciar a empresas y administración de la importancia de facilitar el transporte.
De las medidas emprendidas desde que usted conduce Inserta Galicia, ¿cuál le procura mayor satisfacción?
Destacaría, por encima de cualquier otro logro, el equipo, el equipo, sin duda. Llevo 26 años trabajando en Inserta, como responsable un poquito menos, e ir construyendo el equipo a lo largo de los años es lo que más satisfacción me produce, es un equipo consolidado, estable, con mucha experiencia, especializado en la discapacidad, que se centra en dar orientación a las personas acorde a sus capacidades y en convencerles de su valía. Es un equipo fantástico. En la parte comercial tiene muy buena capacidad, gran conocimiento del análisis del puesto de trabajo, algo imprescindible. Es un equipo hecho tacita a tacita, pero muy compenetrado, con mucha iniciativa y capacidad de resolución.
¿Qué le ha reportado como persona estar al frente de Inserta Castilla y León?
Aunque parezca un tópico, todo. Estos 26 años dan para mucho. Me ofrecieron la oportunidad muy pronto, a causa de una discapacidad sobrevenida por accidente de tráfico que tuve, y desde el primer momento puse en este trabajo todo mi afecto y mi empeño. A partir de ahí, construí mi futuro. Mi realicé profesional y personalmente; he sentido una gran responsabilidad en mis decisiones, para bien y para mal, pero me han dado, en general, muchas satisfacciones. Ver cómo crecen las personas, cómo van construyendo su vida, su familia, cómo salen adelante, no tiene precio. Por desgracia, también está el dolor de dejar personas con el camino, porque los contratos se acaban, cambian las situaciones… y, en los últimos tiempos, más que nunca, este trabajo me ha servido de terapia.