Entrevista a Íñigo Méndez de Vigo, secretario de Estado para la Unión Europea.
La crisis económica no puede ser un pretexto de la UE para desatender la protección de los derechos de las personas con discapacidad. Así lo afirma Íñigo Méndez de Vigo en esta entrevista, en la que repasa los principales propósitos e iniciativas de la UE en materia de discapacidad. Asegura el secretario de Estado que en el contexto actual es aún más necesaria la unidad y cohesión del Tercer Sector.
En la actualidad Europa parece cuestionada, afirmaba usted recientemente en un seminario que carecen de un mensaje ilusionante que enganche a Europa, que para reconciliarse con los ciudadanos, hay que hacer las cosas bien. En temas de discapacidad hay muchas cosas que hacer ¿cuáles son hoy en día los planes europeos en estas políticas?
Es posible que en estos momentos concretos hayamos entrado, a nivel europeo, en una fase de reflexión e introspección que debe servirnos para valorar y realzar los logros alcanzados y plantearnos una serie de retos de futuro para potenciar el compromiso de la Unión Europea con los ciudadanos. Si echamos la vista atrás, puede afirmarse que se ha avanzado mucho, en los últimos años, en el diseño y desarrollo de las políticas nacionales y europeas de discapacidad. No obstante, especialmente en este tema, debe huirse de la autocomplacencia y del conformismo, debiendo ser conscientes que el trabajo que nos queda es ingente y que la exigencia y la autoexigencia en este ámbito deben ser máximas.
A este respecto, quiero señalar que la UE y los Estados miembros, tienen, con el actual artículo 19 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, un mandato muy sólido y directo para mejorar la situación social y económica de las personas con discapacidad. Asimismo, la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE (especialmente en su artículo 26) está marcando la dirección a seguir para que las personas con discapacidad se beneficien de medidas que garanticen su autonomía, su integración social y profesional y su participación en la vida de la comunidad y me enorgullezco de haber formado parte activamente de su elaboración como Vicepresidente de la Convención que la redactó. Todo esto ha contribuido a que la Unión Europea sea signataria de la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las personas con Discapacidad.
Como cumplimiento de este mandato, la UE ha aprobado un texto de gran transcendencia, la nueva Estrategia Europea de Discapacidad 2010-2020: un compromiso renovado para una Europa sin barreras, que proporciona un marco de acción a escala europea y nacional para abordar las distintas situaciones de hombres, mujeres y niños con discapacidad.
Por otra parte, las Instituciones Europeas y los Estados miembros son cada vez más conscientes de que la lucha contra la pobreza pasa ineludiblemente por la inclusión social de las personas con discapacidad, lo que requiere una educación y formación innovadora y la materialización del principio de la igualdad de oportunidades en materia de empleo.
Durante los años que presidí el Intergrupo ATD-Quart Monde en el Parlamento europeo me di cuenta de la importancia de la sensibilización para avanzar en el ámbito legislativo.
Por otra parte, y como continuación a la Directiva 2000/78/CE, que establece un marco general para la igualdad de trato en el empleo y la ocupación, se está debatiendo en el Consejo de la Unión Europea la Propuesta de Directiva por la que se aplica el principio de igualdad de trato entre las personas con independencia de la religión o creencias, discapacidad, edad u orientación sexual, con el fin de proporcionar protección contra toda discriminación de las personas con discapacidad en ámbitos no laborables.
España se ha caracterizado por impulsar decididamente esta propuesta y está convencida de la conveniencia y de la oportunidad de su adopción. Sin embargo, es consciente de las dificultades que se plantean tanto por su contenido como por el hecho del requisito de la unanimidad.
La Estrategia Europea sobre Discapacidad 2010-2020 parece un importante compromiso de la Unión Europea con el sector de la discapacidad ¿cómo se está aplicando y con qué respaldo político y económico cuenta?
Déjeme reformular la pregunta. En vez de ¿qué ha supuesto esta iniciativa?, yo preguntaría ¿qué supone y supondrá esta iniciativa?
Personalmente, la utilización del pasado cuando se habla de discapacidad me produce un poco de inquietud. En efecto, para mí, el trabajo en este campo es un fluir continuo que demanda una actuación constante. Nada está totalmente terminado ni ultimado. Se ha hecho mucho pero queda todavía mucho por hacer. A tal efecto, debo recordar que el objetivo general de la Estrategia es capacitar a las personas con discapacidad para que puedan disfrutar de todos sus derechos y beneficiarse plenamente de una participación en la economía y la sociedad europeas. La meta está perfectamente marcada y no da lugar a confusión. Y, éste, es, precisamente para mí, el logro primordial de la Estrategia.
Además, la Estrategia, no se queda en mera declaración de principios sino que identifica medidas concretas a escala de la UE complementarias de las actuaciones nacionales. En este sentido, los ocho ámbitos de actuación identificados por la Comisión (accesibilidad, participación, igualdad, empleo, educación y formación, protección social, sanidad y acción exterior) pueden ser considerados como un paradigma a la hora de la fijación de objetivos en las políticas nacionales y de la Unión.
Por otra parte, la Estrategia huye de la inmovilidad y de la rigidez. Por ello su puesta en práctica se realiza en el Grupo de Alto Nivel en materia de Discapacidad en el que participan representantes de los Estados miembros y de sus organismos gubernamentales nacionales, Comisión Europea, personas con discapacidad y sus organizaciones y otras partes interesadas.
Además debe resaltarse que a finales de 2013, la Comisión informará sobre los logros y progresos de la Estrategia, cumpliendo con las obligaciones establecidas en la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Esto permitirá revisar la Estrategia.
En enero de 2014 será necesario informar a NNUU de la aplicación del Convenio.
Desde la perspectiva política, esta Estrategia ha contado con el impulso y apoyo de nuestro país. Prueba de ello fue la especial atención que se le otorgó durante nuestra Presidencia del Consejo de la Unión Europea durante el primer semestre de 2010, con la celebración de la Conferencia sobre discapacidad y autonomía personal, los días 20 y 21 de mayo en Zaragoza, precedida de una Reunión informal de Ministros sobre la materia.
Igualmente, hay que señalar, que el Gobierno español aprobó el pasado 14 de octubre de 2011 la Estrategia Española sobre Discapacidad 2012-2020 y su Plan de Acción a largo plazo para abordar integralmente la política de discapacidad en el marco de la citada Estrategia Europea.
En otro orden de cosas debe ponerse de manifiesto que la UE ha respaldado y respalda esta Estrategia económicamente a través de los Fondos Estructurales y, en especial, a través del Fondo Social Europeo. A este respecto conviene subrayar que en estos momentos la Unión Europea está debatiendo el Marco Financiero Plurianual 2014-2020, donde se trata, entre otros temas, del futuro de los Reglamentos reguladores de los fondos estructurales que han de estar vigentes en el período 2014-2020.En relación con esta cuestión, la Comisión Europea ha propuesto un proyecto de Reglamento en el que se mantienen con carácter general los objetivos sociales y más concretamente la lucha contra la discriminación en el empleo con el fin de favorecer a las personas con discapacidad, en línea con los compromisos de la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. El Gobierno respalda con firmeza la propuesta de la Comisión.
La situación entre los países de la Unión es muy dispar y es difícil afrontar políticas comunes ¿cómo se puede lograr un mismo espíritu entre tantas realidades?, ¿es la discapacidad una prioridad en todos los países?
Si bien es cierto que no existe una política de armonización en materia de discapacidad, se está produciendo una convergencia real de estas políticas a nivel europeo. Por ello, aunque las diferencias entre los Estados Miembros en este ámbito son significativas, lo esencial de la política europea ha sido sensibilizar a los Gobiernos nacionales de que las personas con discapacidad deben ser consideradas como una prioridad en sus políticas sociales con el fin de conseguir que Europa se constituya en un espacio de igualdad y de oportunidades para todos. Por ello, los países de la Unión Europea mediante la ratificación de la “Convención Internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad”, (que ha sido definida como el primer tratado de Derechos Humanos del siglo XXI), se han obligado a adoptar todas las medidas legislativas, administrativas y de otra índole que sean pertinentes para asegurar el pleno ejercicio de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales de todas las personas con discapacidad sin discriminación alguna.
La sensibilización es uno de los puntos destacados en la Estrategia Europea sobre Discapacidad, se trata además de visibilizar a un sector que a menudo no se entiende porque no se conoce ¿qué políticas podría poner en marcha la Unión para cumplir con este propósito?
Creo sinceramente que la sensibilización es un condicionante esencial para concienciación general en todo lo referente a la discapacidad. Téngase en cuenta que en las políticas de igualdad resulta imprescindible el compromiso activo y decidido de toda la sociedad sin que sean posible meras declaraciones de intenciones. Por ello, deben aplaudirse las iniciativas recientes emprendidas en este campo entre las que me gustaría destacar el premio anual o el nombramiento de la Capital Europea de la Accesibilidad Universal, creado recientemente por la Comisión; o, la celebración de la Conferencia de Alto Nivel, bajo Presidencia húngara, el 20 de abril sobre "Nuevos retos en la Estrategia Europea de Discapacidad 2010-2020",o bien, la Conferencia de Alto Nivel de la Presidencia chipriota, celebrada en Nicosia, los días 5 y 6 de septiembre de 2012, sobre “envejecimiento saludable en todas las etapas del ciclo vital”.
Aunque se habla de crisis económica y financiera, la repercusión afecta a todos los niveles, también a la política social ¿de qué manera está afectando esta crisis a las cuestiones relativas a la discapacidad? Si no suponen un retroceso ¿quizás un freno?
La crisis económica no puede ser un pretexto o una excusa de la Unión Europea para desatender la necesaria protección de los derechos de las personas con discapacidad o incumplir los compromisos adquiridos. Precisamente son las políticas en favor de los más vulnerables las más necesarias en este contexto de crisis, máxime teniendo en cuenta el escenario actual caracterizado, por una parte, por un incremento cuantitativo y cualitativo de las necesidades y, por otra, por un reajuste de servicios y prestaciones. Ante esta situación, emerge con fuerza a escala europea la necesidad de potenciar el Tercer Sector y dotarlo de unidad y cohesión. A este respecto, y como ejemplo de buenas prácticas deberíamos presentar la Plataforma del Tercer Sector en España, que actúa como garante, con voz unitaria, de la inclusión de los grupos sociales en situación de mayor vulnerabilidad.
El actual año europeo del envejecimiento activo también está muy relacionado con la discapacidad, ya que ambos colectivos comparten muchas carencias y reclamaciones. ¿Qué iniciativas se han llevado a cabo en este sentido en la UE?
La adopción de la Decisión 940/2011 sobre el Año Europeo del Envejecimiento Activo y de la Solidaridad Intergeneracional (2012) ha sido y es un gran paso adelante para conseguir en el ámbito europeo se genere un consenso social que permita para las personas mayores la promoción de la salud y la asistencia sanitaria a través de medidas que aumenten al máximo los años de vida saludable, la adecuación de los entornos (edificios públicos, infraestructuras, transporte y edificación en general) y la potenciación de la máxima autonomía personal posible.
Aunque la vinculación envejecimiento/ discapacidad no sea una constante inexorable, debe reconocerse que el incremento de la expectativa de vida está provocando un incremento considerable del número de personas con discapacidad. En consecuencia, los poderes públicos deben tener como objetivo en este campo que los ciudadanos mayores con discapacidad puedan vivir, en lo posible, de forma independiente. Por ello, deben actuar, en aplicación del principio de accesibilidad universal, en ámbitos tan distintos como el empleo, la sanidad, los servicios sociales, la formación de adultos, el voluntariado, la vivienda, los servicios informáticos o el transporte.
A este respecto, quiero recalcar que la Comisión Europea está aplicando el Plan de Acción Europeo en materia de discapacidad, que contiene, dada la correlación existente entre discapacidad y envejecimiento, acciones pertinentes para las personas de más edad y en particular las iniciativas sobre accesibilidad que siguen los planteamientos en la construcción de viviendas de «diseño para todos».
España protagonizó un fuerte impulso en las políticas de discapacidad en los años anteriores a la crisis, algo que además ha contado habitualmente con el respaldo de todos los grupos, ¿se puede trasladar esta experiencia a Europa de alguna manera?, ¿ha servido España de ejemplo en el ámbito europeo?
España es un país pionero en materia de discapacidad porque su sociedad está concienciada en relación con esta problemática. Por ello, a nivel europeo, fuimos el segundo Estado miembro de la Unión Europea en ratificar la Convención de Naciones Unidas en materia de discapacidad y su Protocolo Facultativo. Además, la Presidencia española de 2010 prestó una especial atención al colectivo de las personas con discapacidad y, prueba de ello fue la celebración de la Conferencia sobre discapacidad y autonomía personal a través de la educación, la accesibilidad universal y el empleo” los días 20 y 21 de mayo en Zaragoza que fue precedida de una Reunión Informal de Ministros en la que se instó a todos los Estados Miembros a ratificar la Convención y su Protocolo Facultativo. Igualmente, nuestro país ha contribuido activamente al diseño e implantación de la nueva Estrategia Europea de Discapacidad 2010-2020.
Desde la perspectiva nacional, las políticas de discapacidad han disfrutado de un consenso amplio que ha posibilitado acciones decididas que han servido y sirven de ejemplo a seguir por parte de otros países. A este respecto las políticas de buenas prácticas y de emulación interestatal están provocando una convergencia real que favorece el tratamiento conjunto de los problemas a través de soluciones diversas.
El sector de la discapacidad se agrupa en España en torno al CERMI, como plataforma de interlocución, y en torno al EDF en la UE ¿cómo valora la labor de ambas entidades? ¿Qué relación mantiene con ellas?
He señalado con anterioridad que las políticas sobre discapacidad requieren, para su materialización, de una participación activa de la sociedad civil y de sus Instituciones. Tanto el Cermi como el EDF constituyen piezas esenciales en el mecanismo social nacional y europeo en este ámbito. Los contactos e interrelaciones con el Gobierno y con las Instituciones Europeas constituyen un paradigma de lo que denominamos Europa de los Ciudadanos para cuya realización es conditio sine qua non la colaboración entre las Administraciones Públicas y la Sociedad Civil en un entorno en la que todos participan, todos aprenden y finalmente todos se comprometan y si me permiten finalizar con un recuerdo personal, sobre la mesa de mi despacho me acompaña desde hace más de una década, una placa que Cermi tuvo la generosidad de entregarme en reconocimiento de mi labor como diputado europeo en favor de las personas con discapacidad. Un recuerdo y a la vez un estímulo en las funciones de esta Secretaría de Estado, a través de la cual sigo colaborando con CERMI y como resultado ha sido el proyecto “estrategia europea sobre discapacidad” en el que hemos trabajado juntos gracias a nuestro programa “Hablamos de Europa”.
Entrevista recogida el número 46 de la publicación 'cermi.es semanal'
Blanca Abella