El mal uso de los móviles también afecta al neurodesarrollo y al aprendizaje

Jóvenes con móviles

Así lo alertan los pediatras

Redacción

La Asociación Española de Pediatría remarcó este miércoles que "el mal uso de la tecnología digital afecta a la salud física, mental, sexual y social" y que "en la infancia y en la adolescencia también afecta al neurodesarrollo y al aprendizaje". Así lo subrayó en un comunicado que publicó ante el debate social sobre la edad adecuada para el uso de teléfonos móviles inteligentes por parte de los menores.

Los pediatras no delimitaron esa edad y argumentaron que "los estudios científicos no han demostrado, por el momento, que las prohibiciones indiscriminadas en el uso de los dispositivos móviles supongan un beneficio para la salud de los niños y adolescentes".

Sí recalcaron que "el mensaje de que el uso del móvil por parte de los niños y adolescente sin una instrucción previa y sin un control por parte de los padres tiene efectos muy negativos para la salud en la infancia y la adolescencia está calando en la sociedad".

"Pensar que, sólo instaurando una prohibición, el problema del uso inadecuado de los teléfonos móviles se va a resolver, puede hacer que no se haga hincapié por parte de las familias y las instituciones en estos otros factores", prosiguió la AEP en su comunicado, en el que sí aseguró que es necesario "que se desarrolle una normativa que exija a las aplicaciones dirigidas a niños el cumplimiento de ciertas obligaciones. Por ejemplo, que vengan acompañadas de recomendaciones de acuerdo con la edad de los usuarios, de tiempo de uso que no exceda el tiempo aconsejable para cada grupo de edad, que no puedan utilizar los datos de menores para personalizar publicidad, etcétera".

"Igualmente, consideramos que se deben instaurar medidas para que se cumpla la regulación actual en cuanto a la limitación de edad en el uso de las redes sociales y que se desarrollen sistemas para que exista una limitación real de acceso por parte de los menores a contenido adulto. No todas las familias tienen la capacidad ni el nivel educativo para proteger en la misma medida a sus hijos, una situación que afecta en mayor medida a las de entornos más desfavorecidos", añadieron los pediatras.

Según la AEP, proteger a la infancia y la adolescencia de los potenciales riesgos de las pantallas "requiere una acción colectiva y consensuada entre los progenitores, los centros escolares, las instituciones encargadas de la protección a la infancia, las empresas tecnológicas y la sociedad en general".