Más de cuatro millones de españoles se sienten solos

Carballeda, Camarero y Rignault

Más de cuatro millones de españoles confiesan haberse sentido solos en el último año y haberlo hecho en buena medida los fines de semana, según evidencia el informe 'La soledad en España', impulsado por Fundación Axa Abre nueva ventana y Fundación ONCE Abre nueva ventana y presentado este lunes en Madrid.

El trabajo, elaborado por un equipo de investigadores de Análisis Sociológicos, Económicos y Políticos (Asep) bajo la coordinación de María Morenos y la dirección del profesor Juan Díez Nicolás, profundiza en lo que los autores definen como "uno de los problemas más relevantes en la actualidad", que es el de la soledad.

Aborda por primera vez el fenómeno de la soledad en España desde una perspectiva subjetiva, es decir, de los que se sienten solos, vivan acompañados o en soledad.

A este respecto, la secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Susana Camarero, indicó en la presentación del trabajo que la soledad "tiene tantas realidades como personas están solas", es decir, que no es lo mismo hablar de aislamiento social que de soledad, como constata el estudio. De hecho, añadió, más del 27% de los españoles que viven solos aseguran no sentirse solos.

Camarero puso el foco también en el binomio soledad y discapacidad y señaló que las personas con discapacidad viven la soledad con más intensidad que el resto y que la combaten, cuando pueden, con la ayuda de las nuevas tecnologías.

Por su parte, el presidente de la ONCE Abre nueva ventana y su Fundación, Miguel Carballeda, reconoció que todos, en algún momento o "en ratitos sueltos necesitamos de la soledad", algo que es bien diferente de la situación que viven quienes se sienten aislados por el resto, como les ocurre a muchas personas con discapacidad, que no tienen en demasiadas ocasiones oportunidad de obtener un empleo.

Ese sentimiento de soledad, dijo, es una consecuencia más de la sociedad del momento, que es "cruel, cobarde y traidora y que se ceba con las personas que lo tienen peor" como son las que viven con discapacidad o dejaron de ser hace ya tiempo jóvenes". "Si la soledad viene a vernos algún día", concluyó Carballeda, "que nos coja acompañados".

Finalmente, el presidente de Fundación AXA, Jean Paul Rignault, consideró que "resulta paradójico" que en estos tiempos donde tanto se interactúa haya tanta gente que se sienta sola, si bien, añadió, la soledad es un problema únicamente cuando se trata de un sentimiento que se prolonga en el tiempo y se hace incómodo.


LA INVESTIGACIÓN

La investigación, realizada mediante entrevistas a un total de 1.200 adultos residentes en España, pone de manifiesto que en torno a un 20% de los españoles mayores de 18 años viven solos, aunque de ellos, un 59% dicen hacerlo por voluntad propia y el 41% restante, por obligación.

En realidad se podría decir que sólo un 7,9% de la población española mayor de 18 años se debe considerar como realmente aislada, en el sentido de que vive sola por obligación y no por voluntad propia, tal y como explicaron el director y la coordinadora del estudio.

En la misma línea, los autores incidieron en que se puede estar socialmente aislado y no sufrir soledad y estar socialmente acompañado y sí sufrirla, como indican los datos.

Así, el trabajo apunta que el 27,5% de los españoles que viven solos aseguran no haber sentido soledad en ningún momento y que, por el contrario, el 52,6% de los que comparten casa dicen sí haberla sentido en algún momento.

El documento revela que más del 80% de los que viven solos por obligación aseguran haber experimentado un cierto sentimiento de soledad de forma más o menos habitual, un porcentaje que se reduce al 60% entre los que viven solos voluntariamente y a poco más del 50% entre los que comparten techo. La noche y la enfermedad son las situaciones en que con mayor frecuencia se desencadena ese sentimiento.


PERCEPCIÓN DE LA SOLEDAD

El estudio aborda, asimismo, la percepción que del fenómeno de la soledad tienen los españoles, que en una amplia mayoría (75%) señalan a mayores y jubilados como los colectivos más proclives a sufrir la soledad.

Las personas sin hogar o en situación de riesgo de pobreza o exclusión y los parados aparecen como otros de los colectivos más sensibles a poder experimentar este sentimiento, según los encuestados.

El lugar de trabajo continúa siendo mencionado como el primer espacio de socialización de los españoles, del mismo modo que la situación laboral y el estado civil son los factores más relevantes a la hora de orillar la sensación de soledad.

Los casados y con empleo estable constituyen el colectivo más inmune a la soledad, mientras que el de solteros desempleados es el que más afectado, negativamente, se siente por ella.

En cuanto a la influencia que tienen las redes sociales en el sentimiento de soledad, el informe evidencia que las personas que más utilizan dispositivos tecnológicos, nuevos medios de comunicación e infraestructuras de transporte son las menos expuestas a la soledad, mientras que, por el contrario, el uso de las redes sociales no siempre se relaciona con un elevado índice de sociabilidad sino que también es propio de las personas que más sienten la soledad.


SOLEDAD Y DISCAPACIDAD

El estudio analiza la relación entre soledad y población con discapacidad y señala que si bien el porcentaje de personas con discapacidad mayores de 18 años que viven solas es muy similar al de la población en general, en torno al 20%, la incidencia de la soledad es sensiblemente superior entre la ciudadanía con discapacidad.

Si el 10% de la población española adulta asegura haber sentido soledad con mucha frecuencia, entre las personas con discapacidad este porcentaje se eleva hasta el 23%.

Pero las diferencias se perciben también en otros valores. Si entre la población general un 27,5% de los que viven solos aseguran no haber sentido la soledad ni un solo momento, entre las personas con discapacidad este porcentaje cae al 9,5%. Y si eran poco más de la mitad los españoles que viven acompañados y se han sentido solos en algún momento, entre las personas con discapacidad ese porcentaje llega hasta el 87,6%.

En opinión de los autores, una posible explicación a este fenómeno se puede encontrar en el diferente patrón de convivencia que se detecta en las personas con discapacidad. Así, mientras en la población general el 77% de los que viven en compañía lo hacen acompañados de sus parejas o sus hijos y sólo un 23% por personas con las que mantienen otro tipo de relación, en el colectivo de personas con discapacidad el 58% viven con sus parejas o hijos y el 42%, con personas con las que guardan otro tipo de relación.

En este ámbito, el informe afirma que las personas con discapacidad que viven solas por voluntad propia no sólo presentan un nivel de sociabilidad más elevado que las personas con discapacidad que viven acompañadas, sea por sus familiares o por otra persona, sino también que el de la población en general.


CONSEJOS

Ante esta situación y para combatir la soledad no deseada, los autores ofrecen un decálogo de consejos tales como el que reza que "vivir acompañado es el mejor antídoto contra la soledad".

Utilizar todos los medios posibles para mantener relaciones sociales, estar laboralmente activo durante el mayor tiempo posible, aprender cosas nuevas a lo largo de la vida, mantenerse actualizado en las nuevas tecnologías y cuidar las amistades y relaciones familiares son otras de las recomendaciones que aparecen en este informe para combatir la soledad no deseada.

 

 

 

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