Fundosa Social Consulting de Castilla –La Mancha junto con la Escuela universitaria de Magisteriohan organizado las primeras Jornadas Universitarias de la Discapacidad en Toledo.
Medio millón de trabajadores fueron despedidos en 2009 en España sin que el empresario adujera causa ni motivo alguno, según afirmó en el Foro de la Nueva Sociedad el presidente del Consejo Económico y Social (CES), Marcos Peña.
Durante su intervención en el citado acto, organizado en Madrid por Nueva Economía Fórum, Peña explicó que esta situación se ha producido por la existencia en España de un "tejido empresarial frágil".
En su opinión, esta fragilidad se debe a que existen más de un millón de empresas con menos de cinco trabajadores y sólo unas 4.500 que tienen más de 250 empleados.
Asimismo, el presidente del CES añadió que la crisis también está teniendo unos efectos sobre el empleo "devastadores" y advirtió de que la recuperación será "lenta y no exenta de riesgos".
En este sentido, agregó que si España no hace las reformas que son necesarias, "los riesgos de retroceso" en la salida de la crisis "son muy grandes".
No obstante, Peña se mostró optimista y aseguró que el país "saldrá de ésta". "Tenemos los mimbres necesarios para transitar por esta línea tan complicada", dijo.
También subrayó que la formación actual de los trabajadores es mejor que nunca. "Jamás ha habido generaciones mejor formadas que las que hay ahora", defendió.
SINDICATOS
Marcos Peña también denunció la existencia de un "proceso de deslegitimación" contra las organizaciones sindicales, que advirtió de que será "nocivo para el país". Así, reclamó "menos ironía y más reconocimiento" hacia los sindicatos, añadiendo que "incluso debería haber agradecimiento".
Además, recordó que tanto las organizaciones sindicales como las patronales están legitimadas por la Constitución. "Forman parte de nuestro entramado constitucional", dijo.
Por otro lado, Peña no entró a valorar si está justificada la huelga general convocada por los sindicatos tras la aprobación de la reforma del mercado de trabajo, ya que subrayó que son los representantes de los trabajadores los que deben considerar que está justificada.
En este sentido, defendió que "lo que es absolutamente seguro es que nadie convoca una huelga general por capricho", y añadió que "a quienes más cuesta convocarla es a CCOO y a UGT, por el fracaso que supone, por los riesgos que comporta y por el deseo de no convocarla".
En cuanto al hecho de que sindicatos y empresarios no fueran capaces para llegar a un acuerdo sobre esta reforma, Peña señaló que "lo que socialmente se valora es el esfuerzo".
Así, hizo hincapié en que cuando las organizaciones sindicales y empresariales se sentaron a negociar, "nadie más en este país intentaba llegar a un acuerdo", por lo que considera que "no se puede exigir" que lleguen a un pacto "cuando no se hace en otros ámbitos".
"Estos dos años de negociación lo único que por ahora demuestran es que son los únicos objetos sociales que se sientan a negociar", aseveró el presidente del CES.
Por esta razón, denunció la falta de "entendimiento político y coherencia institucional", en referencia a la coordinación de las distintas administraciones públicas, y aseguró que si hubiese acuerdo en estas materias, "el compromiso social sería mucho más sencillo".
También lamentó las críticas a la reforma e ironizó que "toda la vida" se ha escuchado que, cuando se aprueban, "las reformas de los mercados de trabajo son insuficientes y las de los mercados financieros son desmedidas".
Por otro lado, el presidente del CES se refirió a la reforma de la negociación colectiva, que, en su opinión, es "susceptible de mejora", pero advirtió de que este proceso de diálogo entre sindicatos y empresarios "es complicado".
En cuanto a la reforma fiscal, Peña recordó que el CES aboga por plantear nuevas vías de ingresos centrándose en el "impuesto de la riqueza", en las sociedades de inversión colectiva (Sicav) y en el impuesto medioambiental.
Fuente: Servimedia