La mitad de las personas con discapacidad orgánica afrontan por ello un gasto de entre 100 y 500 euros al mes

Discapacidad orgánica

Un millón de españoles presentan esta discapacidad

Redacción

Más de la mitad de las personas con discapacidad orgánica de España afrontan unos gastos vinculados a esta condición que oscilan entre los 100 y los 500 euros mensuales, según se recoge en el Libro Blanco de la Discapacidad Orgánica presentado este miércoles por la confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (Cocemfe).

En rueda de prensa, su investigadora principal, Georgina Granero, explicó que estos sobrecostes afectan de igual manera a quienes no tienen ingresos o a las personas que ganan menos de 500 euros al mes.

“Lo que falta lo cubre el entorno”, precisó, y destacó cómo esta situación genera “desigualdad y empobrecimiento” en las propias personas con discapacidad orgánica y en sus allegados.

La razón, según explicó, tiene que ver con la falta de cobertura de “servicios y apoyos críticos para la vida de estas personas”. Casi la mitad no tienen cubierto de forma completa el tratamiento farmacológico que precisan, apuntó, cuando muchos de ellos presentan “multipatologías y están polimedicados”.

Agregó que de aquellos que precisan apoyo psicosocial (psicología, trabajo social, psicopedagogía) y del servicio de prevención y promoción de la salud (nutrición, dietética), “menos del 20% aseguran tener estas necesidades plenamente cubiertas”.

Del mismo modo, el 60% de las personas con discapacidad orgánica requiere rehabilitación, pero solo el 15% disfruta de cobertura completa para estos tratamientos.

FALTA DE DIAGNÓSTICO

Otro de sus principales problemas tiene que ver con “el periplo y la odisea de citas médicas” que muchas personas han de superar hasta conseguir un diagnóstico que les “permita acceder a un tratamiento, algo determinante en el caso de las enfermedades degenerativas, pero también de cara a pedir el reconocimiento de la discapacidad”.

Para Granero, “esto se debe al desconocimiento médico, pero también a una falta de percepción global de la situación”. “La discapacidad orgánica es invisible y, por tanto, difícil de comunicar”, recalcó. Además, aunque es crónica, su intensidad fluctúa, por lo que estas personas se enfrentan a la incredulidad, a la sospecha constante y al cuestionamiento” por parte de desconocidos, familiares y amigos e incluso del estamento médico.

“Estás exagerando o no tienes mala pinta” son expresiones comunes que estas personas escuchan a menudo, señaló la investigadora, y que les perjudican a la hora de solicitar un asiento reservado en el autobús o les penalizan de cara a su carrera profesional.

“Hay muchos casos de abandonos”, apuntó Granero, y de personas que han tenido que solicitar la incapacidad sin quererla por “la excesiva duración de su jornada laboral, las dificultades para asistir al médico o los problemas para justificar las bajas”.

Lo mismo sucede con los estudios, “y como no hay marcos normativos claros, muchas veces esto queda en manos de la suerte” o de la comprensión de la profesora o el empleador de turno.

Según Granero, todo es resultado de una falta de adaptación de los entornos, que también se traslada al ocio. Así, el 71% de los encuestados afirma que alguna vez ha tenido que abandonar algún evento “por falta de adecuación” y el 60% asegura que en algunos casos no ha podido asistir a encuentros de su interés por distintas razones (ausencia de baño, duración excesiva, poca accesibilidad, presencia de elementos químicos…).

SOLEDAD

Por otro lado, estas situaciones repercuten en las redes sociales y en los vínculos de estas personas, un millón en toda España. El estudio señala que el 64% afirma contar solo con una o dos personas de referencia en caso de imprevistos, y concluye que la discapacidad orgánica tiene un amplio impacto en los ámbitos del empleo, el bienestar físico, el bienestar psicoemocional, el ocio y la vida afectivo-sexual de estas personas, con mayor incidencia en el caso de las mujeres, las personas con menos ingresos y los más jóvenes.

Esta investigación de Cocemfe incluye entrevistas con personas afectadas, familiares y representantes de asociaciones, así como datos cuantitativos, y destaca el reconocimiento legal de esta discapacidad y las mejoras en la atención sanitaria como sus principales demandas.

El presidente de la confederación, Anxo Queiruga, afirmó que “con este Libro Blanco queremos seguir avanzando en el reconocimiento, visibilidad y conquista de derechos de las personas con discapacidad orgánica y, sobre todo, aportar un conocimiento detallado sobre sus necesidades y las medidas que hay que tomar para garantizar su plena inclusión y participación activa en la sociedad”.

A su vez, el presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi), Luis Cayo Pérez, destacó que “la discapacidad orgánica es una de las que tiene una mayor deuda contraída por parte del Estado”, por lo que “el Estado tiene que comenzar a saldar esa deuda con decisiones”.

Felicitó a Cocemfe por “haber indagado de un modo holístico, transversal, amplio e integral una materia no demasiado explorada y haber elaborado una antesala de un programa de acción, global, coherente, factible y transformador”.