Mujeres trabajadoras con discapacidad reunidas en un encuentro organizado por Fundación ONCE han denunciado la doble discriminación a la que se enfrentan a la hora de incorporarse al mercado laboral. Por ello, y coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, han animado a las empresas a “romper las barreras” que impiden su contratación.
La jornada se ha celebrado en la sede de Servimedia y ha reunido a mujeres trabajadoras con discapacidad que desarrollan su labor en la empresa, el arte, la tecnología o en proyectos de autoempleo.
Todas ellas han puesto sobre la mesa las principales barreras que se han ido encontrando en el camino hasta poder desarrollar su profesión. Desde la incomprensión de su discapacidad, el miedo por parte del empresario a su diferencia o el rechazo de las administraciones, hasta la sobreprotección de las propias familias.
Frente a ello, han reclamado su derecho a una vida independiente, a un empleo de calidad con una remuneración digna y sin discriminación, a un trabajo accesible y al acceso a bienes y servicios sin barreras.
Rebeca Plana, artista con discapacidad, se ha referido al “encasillamiento” que ha sufrido en el desarrollo de su profesión por ser mujer y discapacitada. También ha hablado de esa discriminación Marta Andrea García, técnico del Departamento de Control de Gestión de Fundación ONCE. “Cuando llegaba a entrevistas de trabajo sólo con ver las caras de los responsables sabía que no me llamarían".
Patricia Frojan, técnico del Departamento Económico-Financiero del Grupo Fundosa , ha explicado otro tipo de barreras a las que tuvo que enfrentarse cuando una mujer del ámbito rural, como ella, propuso a sus padres irse a la ciudad a estudiar. “Tú no puedes”, le dijeron. “Déjame demostrarlo”, respondió. "A veces nuestra primera barrera es la propia familia, que no se cree que seamos capaces”, apostilló Carina Escobar, directora de Recursos Humanos, Comercial y Medidas Alternativas del Grupo Fundosa.
Para vencer todos estos obstáculos, todas ellas coincidieron en una misma receta: formación. “Luchar por lo que quieres, seguir hacia adelante y no rendirse nunca”, añadieron.
El encuentro también ha abordado la respuesta que reciben las mujeres con discapacidad por parte del empresariado. “La primera reacción es negativa”, respondieron de forma unánime. Según señalaron a veces es sólo desconocimiento. “Es el miedo a lo desconocido”, dijo Mónica Blanco, técnico de la Unidad de Apoyo de Flisa. “Lo tenemos más difícil que los demás”, reconoció Leonor Pérez, presidenta del Consejo Territorial de la ONCE en Madrid y periodista.
En este punto, la directora de Cooperación de Fundación ONCE, Mª José Sánchez, recalcó que "nuestro momento llegará cuando tengamos la oportunidad de persuadir al empresario sobre nuestras capacidades”.
También acudió al encuentro Eva Tulima, responsable de la editorial del mismo nombre especializada en publicaciones de economía accesible para todos. Su objetivo en muchas de sus publicaciones, explicó, ha sido llevar a la mujer la voz que no ha tenido en las actividades financieras.
Por último, Carina Escobar resumió que en la sociedad ha ido cambiado la imagen de las personas con discapacidad. “Se están dando pasos aunque lo seguimos teniendo más complicado”. “El día que la empresa y la sociedad en general nos vea a las personas con discapacidad de tú a tú habremos ganado la batalla”, concluyó Patricia Frojan.
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