La obesidad eleva el riesgo de cáncer, con diferencias por sexos en el de esófago y el de hígado

Peligros de la obesidad

Según un estudio a unos 500.000 residentes en Reino Unido

Redacción

El cáncer tiene un factor de riesgo asociado a la obesidad, con algunas diferencias entre sexos, puesto que el de esófago es mayor en mujeres y el de hígado, entre los hombres. Así se explica en un estudio realizado por seis investigadores de la Universidad de Upsala (Suecia) y publicado este lunes en la revista 'Cancer Cell'.

La obesidad se ha relacionado previamente con un mayor riesgo de cáncer, pero la mayoría de los estudios no han diferenciado los riesgos entre hombres y mujeres. El nuevo trabajo de la Universidad de Upsala indica que la acumulación general de grasa y su distribución en diferentes partes del cuerpo confieren diferentes riesgos de cáncer según el sexo. Además, los riesgos varían según los tipos de cáncer, como el cáncer colorrectal, de esófago y de hígado.

"Los médicos y científicos saben que la obesidad aumenta el riesgo de cáncer, pero esta conexión es menos conocida por el público", indica Mathias Rask-Andersen, primer autor del estudio, quien añade: “Estas observaciones son importantes para la evaluación de riesgos y para obtener una comprensión más profunda de los riesgos de enfermedades relacionadas con la adiposidad”.

Asa Johansson, también de la Universidad de Upsala, apunta que “un aspecto importante del riesgo de enfermedad asociado con la obesidad es la distribución de la grasa en diferentes compartimentos del cuerpo".

“La grasa almacenada en el abdomen se considera más patógena en comparación con la grasa subcutánea. Además, se sabe que la cantidad de grasa almacenada en diferentes compartimentos, así como las tasas de la mayoría de los cánceres, difieren entre mujeres y hombres. Estos hechos motivaron un cuidadoso análisis estratificado por sexo del riesgo de cáncer relacionado con la adiposidad”.

DIFERENCIAS

Los investigadores utilizaron datos del Biobanco del Reino Unido, una cohorte transversal de 500.000 residentes del Reino Unido de entre 37 y 73 años que se inscribieron entre 2006 y 2010, y luego fueron seguidos durante 13,4 años de media. Entre los datos recopilados de los participantes en la base de datos había detalles sobre la distribución de la grasa en sus cuerpos y si desarrollaron cáncer.

Los investigadores utilizaron modelos de riesgos proporcionales de la enzima Cox para identificar las asociaciones entre los niveles y la distribución de grasa en los cuerpos de los participantes en el momento de la evaluación inicial y sus tasas posteriores de cáncer. El equipo descubrió que todos los tipos de cáncer, excepto los de cerebro, cuello uterino y testículos, están asociados con al menos un rasgo relacionado con la obesidad.

En las mujeres, los vínculos más fuertes entre la acumulación general de grasa y el cáncer se observaron en el cáncer de vesícula biliar, el de endometrio y el adenocarcinoma de esófago.

En los hombres, los vínculos más fuertes entre la acumulación total de grasa y el cáncer se observaron en el cáncer de mama, el carcinoma hepatocelular y el carcinoma de células renales.

En términos de acumulación y distribución de grasa, hubo efectos diferenciales entre sexos en el cáncer colorrectal, esofágico y hepático. Por ejemplo, una mayor proporción de grasa almacenada en el abdomen se asoció con carcinoma de células escamosas de esófago en mujeres, pero no en hombres. Además, la acumulación de grasa corporal se asoció con un alto riesgo de carcinoma hepatocelular en los hombres, un efecto que no estaba presente en las mujeres.

“Nos sorprendió ver que parecía haber una diferencia en el efecto de la obesidad sobre el riesgo de cáncer, no solo entre hombres y mujeres, sino también entre mujeres posmenopáusicas y premenopáusicas”, indica Johansson, quien añade: “Lo más notable es que la obesidad es solo un factor de riesgo para el cáncer de mama después de la menopausia, probablemente debido al cambio en la producción de estrógeno en asociación con la menopausia”.