El programa InABLE llega a los estudiantes ciegos de Kenia

Mbari-Kirika junto a un niño con discapacidad visual

Para la Unesco Abre nueva ventana esta no es una semana como las otras. Del 7 al 11 de marzo su sede en París acoge la 'Semana del Aprendizaje con Dispositivos Móviles' Abre nueva ventana. Lo que proponemos aquí, es una historia que el propio organismo internacional ha relatado con el objetivo de concienciar sobre las prácticas innovadoras en el uso de las TIC en la educación.

Mbari-Kirika, es el nombre de la educadora que ha puesto en marcha en Kenia el programa InABLE. Se trata de una iniciativa implementada en colaboración con las escuelas especiales para ciegos y discapacitados visuales del país africano. ¿Los resultados?: 1.400 alumnos se han incorporado al plan de aprendizaje mediante dispositivos informáticos con lector de pantalla y tamaños de letra ampliados.

InABLE no solo se propone empoderar a los estudiantes ciegos o con discapacidad visual de África con la tecnología informática que pueda ayudarles, sino que también trata de cambiar la opinión de los propios discapacitados acerca del uso de la tecnología.

Esta historia comienza cuando Mbari-Kirika se fija en un grupo de estudiantes ciegos que trataban de compartir un manual escolar escrito en braille. “Cinco estudiantes videntes pueden compartir un manual escolar, pero cuando la lectura depende del tacto, eso resulta imposible”, dijo Mbari-Kirika en la entrevista realizada por reporteros de la Unesco. “Los alumnos necesitan competencias en braille para leer y escribir, pero si al terminar los estudios tan sólo disponen de esas capacidades se encuentran completamente desconectados del resto del mundo”.

Efectivamente, la mayoría de los estudiantes ciegos desaparecen de las estadísticas una vez que han dejado los estudios. El objetivo de la educadora es conseguir que los niños ciegos y discapacitados visuales completen la escolaridad y pasen al mundo laboral, y dotarlos de competencias que les permitan ser miembros útiles de la sociedad durante toda la vida, ya sea en la enseñanza o en el sector empresarial.

Así lo explica Mbari-Kirika: “La generación del decenio de 1950 asistió a las escuelas para invidentes de Kenia y luego, ¿a dónde fueron? Hoy no forman parte de la clase empresarial del país. Quizá haya algunos profesores y un puñado de abogados, pero los demás desaparecieron o se convirtieron en mendigos o prostitutas. Es una pérdida total de potencial”.

“En África, como en la mayoría de los países en desarrollo, los productos de Android son populares, porque son baratos, pero Android no es un sistema accesible a los ciegos”, afirmó. “Si un estudiante no puede encender la tableta o utilizarla sin ayuda, entonces el sistema no le sirve”.

“El reto consiste en lograr que las empresas de tecnología piensen en estas cosas en la fase de concepción del producto. Para eso es preciso cambiar las mentalidades. Suele ocurrir que el acceso de los discapacitados es una idea que viene después o que los gobiernos no comprenden el concepto de accesibilidad. Estamos educando constantemente a la gente”.
 
En Kenia, los libros escolares no son baratos (unos 80 dólares), si dicho libro está en braille, puede llegar a costa el doble (160 dólares aproximadamente). Sin embargo, un dispositivo móvil puede contener todos esos libros y más aún en formato digital. “Esto sitúa al niño ciego en plano de igualdad con los niños sin discapacidad, porque los libros pueden adquirirse al mismo precio. El niño con discapacidad visual ya no necesita asistir a una escuela especial”, asegura la educadora.
 

Semana del Aprendizaje Móvil 2016

¿Por qué hemos mencionado al principio que esta semana es tan importante para la Unesco? Antes de nada, hay que explicar que, durante cinco días, expertos en tecnología, representantes gubernamentales, especialistas de la educación, jefes de proyecto, investigadores y representantes del sector industrial de todo el mundo van a encontrarse cara a cara.

Según cifras de las Naciones Unidas, seis mil de los siete mil millones de habitantes del planeta poseen abonos a la telefonía móvil y acceso creciente a Internet. La mejora técnica de los teléfonos y el desarrollo de contenidos de aprendizaje interactivo han aumentado notablemente el potencial educativo de las tecnologías de la información y la comunicación, especialmente en zonas donde los textos educativos escasean y el acceso a la escuela es más difícil.

“La tecnología no cesa de evolucionar. En este contexto, la Semana del Aprendizaje Móvil permite a los especialistas de la educación y a los expertos en tecnología compartir sus puntos de vista e instalar condiciones para mejores prácticas en términos de aprendizaje. La Semana del Aprendizaje Móvil favorece el intercambio de información y es una oportunidad para los países y los individuos de aprender unos de otros”, asegura Mark West, coordinador del evento.

De este modo, esta Semana del Aprendizaje focalizará su atención en cuatro aspectos cualitativos. En primer lugar, la calidad de la educación y las tecnologías permiten garantizar posibilidades de aprendizaje de manera adaptada y equitativa para todos los jóvenes -sabiendo que en África la población menor de 18 años aumentará de dos tercios de aquí a 2050-.

En segundo lugar, la calidad de la educación para el empleo, ya que las tecnologías móviles pueden facilitar el pleno empleo en un mercado mundial caracterizado por altas tasas de paro entre los trabajadores de baja cualificación.

Asimismo, la tecnología puede multiplicar las oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida y llegar a todas las generaciones. Los trabajadores pueden actualizar sus conocimientos para adaptarse a la evolución de las tecnologías y requerimientos del mercado laboral.

Finalmente, pero no por ello menos importante, la calidad de la educación favorece el empoderamiento de mujeres y niñas. Esta Semana permitirá examinar las estrategias que posibilitan a las mujeres alcanzar un acceso igualitario a la tecnología móvil y ser capaces de utilizarla para el aprendizaje y su propio empoderamiento.

 

Nathalie Domínguez