Olena Akopyan fue una de sus mayores rivales en la piscina y ya está en Zaragoza con sus dos hijos y dos gatos
Redacción
La nadadora Teresa Perales, que es la deportista española más laureada con 27 medallas paralímpicas, ha contribuido a que una de sus mayores rivales en la piscina y ahora amiga, Olena Akopyan, haya abandonado Ucrania junto a sus dos hijos y dos gatos para huir de los bombardeos, e iniciar una nueva vida en Zaragoza lejos de la guerra provocada por la invasión rusa.
Akopyan cuenta en su palmarés con 15 medallas paralímpicas (13 en natación, una en biatlón y otra en esquí de fondo) y se repartió los metales en muchas pruebas junto con Perales y la francesa Beatrice Hess, hasta que la deportista ucraniana colgó el bañador tras los Juegos Paralímpicos de Pekín 2008.
Esa rivalidad en la piscina fraguó una amistad fuera de competición entre la española y la ucraniana que aún perdura. De hecho, ambas se reencontraron el pasado verano en Tokio (Japón) con ocasión de los Juegos Paralímpicos, en los que Perales aumentó su palmarés con la medalla de plata en los 50 metros espalda y Akopyan acudió a la capital nipona como periodista. “Lo bonito de esta historia es que, más que rivales, se perpetúa la amistad”, resumió la nadadora zaragozana.
Perales comentó este jueves a Servimedia que Akopyan, que tiene paraplejia, se encontraba en Brovary, cerca de 30 kilómetros al este de Kiev, cuando el pasado 24 de febrero comenzó la invasión rusa. “Es la mujer más valiente que he conocido en mi vida. Muerta de miedo, cogió a los niños, a los gatos y todo lo que pudo empaquetar. A las cuatro de la mañana cogió el coche y, carretera y manta, estuvo 27 horas seguidas sin dormir”, comentó.
El viernes pasado, las tropas rusas asaltaron Brovary. “Olena piensa que es una ciudad que ya no existe”, comentó Perales. Akopyan llegó al centro deportivo paralímpico Zahidny Nksyu, ubicado en la región de Leópolis, cerca de la frontera con Eslovaquia y Polonia. Su marido, militar, se ha quedado en Ucrania para defender a su país.
“Cuando la escribí no tenía esperanzas de que me contestara, pero me respondió a la mañana siguiente diciendo que estaba huyendo. Me dijo que había estado 10 días intentando reponerse. Íbamos hablando todos los días y el domingo me escribe diciendo que había vuelto a oír las bombas”, subrayó Perales. En ese centro paralímpico de entrenamientos había 125 personas, entre ellas 40 niños, 15 usuarios de sillas de ruedas y 3 bebés.
NUEVA VIDA
La nadadora de Zaragoza comenzó a tirar de su agenda de contactos para ayudar a su amiga, hijos y gatos a abandonar Ucrania para llegar a tierras españolas, algo que ocurrió este miércoles por la tarde. Por el camino, Perales puso su granito de arena para encontrar hoteles por el camino y otra ayuda logística.
Este jueves por la mañana, Akopyan acudió a un hospital, donde le detectaron una infección importante en una pierna que creía rota. Además, la Policía Nacional le ha facilitado una tarjeta de identificación para personas desplazadas, algo estipulado en la normativa europea y que abre la puerta a contar con tarjeta sanitaria, tener trabajo y que los niños puedan ir al colegio.
Gracias a la Fundación FDA, Akopyan y su familia vivirán temporalmente en una vivienda adaptada. Además, se va a federar por Aragón para volver a nadar y emprender una nueva vida. “Está muy cansada”, añadió Perales.
Con todo, la nadadora zaragozana apuntó: “La heroína es ella, yo no he hecho nada. Me gustaría que la gente se anime a acoger a personas ucranianas, que lo han perdido absolutamente todo y necesitan nuestra ayuda”.
Perales lleva varios días sin nadar y este viernes viajará a Cádiz para disputar un nuevo Campeonato de España, donde, como apuntó, espera “sobrevivir” tras haber ayudado a su amiga Akopyan a huir de la guerra en Ucrania.