"En tiempos de crisis las empresas sociales pueden ser más productivas y competitivas"

Michel Barnier

Michel Barnier, comisario europeo de Mercado Interior y Servicios

De nacionalidad francesa, Michel Barnier es responsable desde 2010 de un área imprescindible para el buen funcionamiento de la economía comunitaria y de la que depende el bienestar social de la población. Sobre su espalda descansa una extensa trayectoria política, tanto en su país como en la Comisión Europea.


La CE ha presentado una comunicación relativa a la promoción de las empresas socialmente responsables a través de la ‘Iniciativa de Empresa Social’. En tiempos de crisis, ¿qué argumentos ofrecería a un emprendedor para que su iniciativa tenga una orientación social en la sociedad?

La ‘Iniciativa de Empresa Social’ está dirigida a los empresarios que quieren o que ya han organizado sus empresas de un modo diferente, es decir, para las cuales el objetivo social o de interés común es la razón de ser de su acción comercial, lo que se traduce en un alto nivel de innovación social. Los empresarios sociales son hombres y mujeres que demuestran una creatividad y una voluntad enormes para poner en marcha proyectos que descansan sobre modelos económicos sólidos y viables a largo plazo, y que aportan soluciones eficaces a problemas socio económicos a menudo muy importantes. He encontrado empresarios activos en una gran variedad de sectores : la inclusión para el trabajo, el alojamiento, la construcción, los servicios sanitarios, servicios a personas mayores o con discapacidad, etc. La imaginación no tiene límites. Los resultados son a menudo muy sorprendentes.

Una empresa social, actor de la economía social, es por tanto una empresa cuyo principal objetivo es tener más una incidencia social que generar beneficio para sus accionistas o socios. En tiempos de crisis, estas empresas son a menudo más productivas y competitivas que las otras. Esto se debe a la fuerte implicación personal de sus dirigentes y de sus trabajadores, y a las mejores condiciones de trabajo que ofrecen. Además, respondiendo mediante la innovación social a necesidades que a menudo no se han resuelto todavía, las empresas sociales participan de un crecimiento inteligente. Finalmente, por su concienciación sobre el impacto medioambiental y su visión de futuro, participan de un crecimiento sostenible.


¿De qué modo podemos extender un concepto unificado de RSE en un mercado único?

La comunicación sobre RSE subraya que ésta debe ser llevada por las propias empresas. Sin embargo, reconoce que algunas medidas normativas contribuyen a la creación de un contexto favorable para la implicación voluntaria de las empresas en su responsabilidad social.

También, los poderes públicos deberían tener un papel de apoyo combinando de manera inteligente medidas facultativas y reglamentarias, con el fin de, por ejemplo, favorecer la transparencia y de crear mecanismos de mercado que inciten a un comportamiento responsable de las empresas. Evidentemente, las empresas deben disponer de un cierto margen de maniobra para innovar y desarrollar un acercamiento de la RSE adaptada a su situación. El reconocimiento de un cierto papel de la reglamentación no es contradictorio con el carácter esencialmente voluntario de la RSE. La Unión Europea puede igualmente contribuir a la difusión de buenas prácticas y animar a las empresas a desarrollar su propia estrategia en materia de RSE.


La economía social representa el 10% de las empresas europeas, ¿cree que las escuelas de negocios deben comenzar a extender este concepto en sus programas formativos? A este respecto, ¿cómo trabaja la CE para promover una formación adaptada a los nuevos empleos, como es el uso de las nuevas tecnologías?

Durante mucho tiempo, las escuelas de negocio han centrado su aprendizaje e investigación en los habituales modelos de negocio, y no han dedicado la suficiente atención y recursos a modelos alternativos de empresas, que son parte de nuestra plural economía social de mercado.

Por modelos alternativos me refiero, en concreto, a aquellos modelos perseguidos por las empresas sociales y cooperativas que tienen como fin principal una misión social y generar un impacto social. Al igual que las empresas mayoritarias, estas compañías son a menudo organizaciones innovadoras que comercializan en el mercado. Lo común a todas ellas, independientemente de su forma jurídica, es el compromiso de utilizar sus beneficios principalmente a alcanzar sus objetivos sociales; y su dirección y gestión implican a empleados, consumidores y accionistas.

La práctica está por encima de la teoría cuando se trata del buen entendimiento de las dinámicas de los ecosistemas de las empresas sociales, y de la buena explicación de los factores que determinan cómo una empresa social interactúa con su entorno corporativo.

Necesitamos un buen concomiento de cómo las empresas sociales se desarrollan junto con las empresas dominantes, y cómo las empresas sociales desarrollan relaciones mutuamente beneficiosas con clientes, productores, proveedores, inversores, gobiernos, e incluso competidores.

Por lo tanto, acojo favorablemente la iniciativa estimulante y de amplias miras de las fundaciones de sentar cátedra para el emprendimiento social, y generear estudios, investigaciones, becas y manuales de buenas prácticas sobre temas claves relativos a las empresas sociales. Pero me gustaría ver más, no sólo a un nivel de educación superior. Los institutos de educación secundaria pueden, por ejemplo, incluir el emprendimiento social en sus programas, y promover la adquisición de formación pertinente, competencias y experiencia a través de proyectos de cooperación con las empresas sociales locales para organizar prácticas para profesores y alumnos, eventos conjuntos, o la supervisión de graduados escolares que han iniciado una empresa social.


¿Cómo impulsa la CE el emprendimiento entre los colectivos en riesgo de exclusión, como las personas con discapacidad o las mujeres (ya hemos visto la intención de crear una red de mentores para ayudar a las mujeres empresarias).

El emprendimiento, entendido como el proceso de creación o expansión de una actividad económica, principalmente, estableciendo un nuevo negocio, es un elemento clave para alcanzar un crecimiento inteligente, sostenible e inclusivo –los objetivos clave de la UE bajo el Acta del Mercado Único de la Estrategia 2020. En tiempos de crisis, la importancia del emprendimiento ha crecido porque juega un papel importante en la creación de empleo, desarrollo de formación y también ofrece a las personas desaventajadas una oportunidad para participar plenamente en la sociedad y en la economía.

Ser autónomo es una vía para que aquellos que se han quedado en el paro por la crisis puedan trabajar y ganarse la vida, así como para salir de la exclusión social. El emprendimiento también contribuye a la inclusión económica. Hasta ahora, Europa está lejos de explotar su pleno potencial en este sentido:

-La tasa de creación de empleo en una media europea se estima en torno al 4,5%, comparado con el 8% de los Estados Unidos;
-En Europa, el emprendimiento es menos atractivo para las mujeres: los hombres son el doble de propensos en implicarse en una actividad empresarial en una fase temprana que la mujer;
-Una media del 45% de los europeos quiere ser autónomo frente al 60% en EEUU;
-Como resultado de la crisis, menos personas piensan que es factible ser autónomo.

En los últimos años, la CE ha desarrollado iniciativas sobre el empleo y la inclusión social centrado en el impulso de negocios por personas desempleadas y pertenecientes a grupos en desventaja, así como en la sostenibilidad y calidad del trabajo de las empresas de autónomos y pequeños emprendedores.

La relevancia de estas acciones es obvia:

-El autoempleo supone casi el 20% de la mano de obra del sector privado de la UE, y está detrás del empleo creado por las nuevas firmas establecidas, casi el 85% son creados por pequeñas entidades;
-Su sostenibilidad es un factor decisivo para el crecimiento inclusivo;
-La calidad del trabajo del autónomo tiene algunas implicaciones principales:

a) la calidad del empleo autónomo varía enormemente: generalmente, la satisfacción del trabajo y su cumpimiento mejoran con una actividad emprendedora. Sin embargo, especialmente en algunos ámbitos, la calidad del trabajo del autónomo es una cuestión de ingresos y seguridad social, seguridad laboral, condiciones de trabajo y vida (horas trabajadas, estrés laboral, etc).

b) Existe el riesgo de generar trabajos precarios sin una apropiada regulación de la seguridad social no sólo para emprendedores, sino también para sus familias.

Por lo tanto, la Comisión ofrece apoyo para impulsar el emprendimiento social a través de diversos instrumentos:

– Un elemento clave es el Fondo Social Europeo. De hecho, 17 Estados miembros han incluido el emprendimiento como una prioridad en sus programas operativos en el periodo 2007-2013. Sobre todo, esta prioridad está recibiendo unos 2,75 mil millones de los fondos procedentes del FSE, aunque el gasto total sea muy superior al compartirlo con los fondos nacionales añadidos. Los programas de este sector incluyen  en particular al emprendimiento entre las personas desempleadas, mujeres, inmigrantes, o personas con alguna discapacidad.

– El buen gobierno es esencial para obtener resultados. Hay una amplia diversidad de acciones de la Comisión para elevar la concienciación, favorecer el aprendizaje mutuo, identificar las buenas prácticas y crear capacidades en los Estados Miembros de la UE y las regiones, destinados a reforzar el compromiso social y mejorar la eficacia del apoyo nacional o regional para el emprendimiento inclusivo, como PROGRESS (el programa de la UE para el empleo y la solidaridad social) o numerosas redes de trabajo transnacionales vinculadas al FSE y a los Programas Operativos FEDER (Fondos Europeos de Desarrollo Regional)

– Promover el concepto de emprendimiento social y mejorar las condiciones para iniciar y desarrollar empresas sociales es particularmente relevante para los grupos sociales desfavorecidos. Vemos que este modelo empresarial parece encontrar una gran aceptación e implicación entre los jóvenes, cuyos ritmos de creación de negocios son mayores para las empresas sociales que para las tradicionales. La Comisión hará esfuerzos considerables para promover el emprendimiento social a través de la Iniciativa de la Actividad Empresarial Social.

– Finalmente, la Comisión ofrece apoyo financiero a través del Instrumento Europeo de Microfinanciación Progress, que se centra especialmente en las necesidades de grupos específicos (como desempleados, mujeres, personas mayores, jóvenes, inmigrantes y minorías, o personas con discapacidad).


Organizaciones como Fundación ONCE, gracias a los Fondos Sociales Europeos, puede promocionar el emprendimiento social, ¿qué opina sobre estas entidades del tercer sector?

La política de la Comisión para las empresas sociales de todo tipo de tamaños y forma tiene como fin garantizar su crecimiento y su prosperidad junto a las compañías tradicionales, y verificar las condiciones de competencia equitativa y de igualdad en la puesta en marcha de todas las políticas europeas. Además, la Comisión presta una atención particular a que el conjunto de la legislación comunitaria, en ámbitos como la libertad de establecimiento, la competencia, la compatibilidad, el derecho de las sociedades, los mercados públicos, la salud, los asuntos sociales, etc, pueda tener en cuenta las necesidades específicas, sobre todo los obejtivos, de la ética en el mundo laboral interno de este tipo de empresas.

Respecto a las fundaciones, la Comisión Europea ha propuesto un reglamento sobre el estatus de la fundación europea, en vistas de mejorar el ejercicio de sus actividades transfronterizas.


¿Qué le parece el hecho de que la discapacidad sea una política de RSE? ¿Considera que es un paso previo hacia la normalización de este sector social?

Por supuesto, el trato imparcial hacia las personas con discapacidad en relación al empleo y el trabajo corporativo es un elemento importante –entro otros muchos- en la responsabilidad social empresarial. Sería deseable que el tener en cuenta las necesidades de las personas con discapacidad en las políticas de gestión de la diversidad fuera puesto en práctica de manera voluntaria por parte de las grandes empresas (e incluso de las pequeñas). La Comisión no tiene previsto ninguna norma al respecto que obligue a las compañías a ser más responsables con las personas con discapacidad, pero continuaremos animando a las empresas a contar con una participación justa de los individuos de su comunidad, y a realizar las adecuadas provisiones para ellos.


¿Qué opina sobre el Libro Verde de la contratación pública responsable que invita a incluir cláusulas sociales en los concursos públicos?

La utilización de compras públicas con el objetivo de incrementar la inserción social es un tema particularmente importante para mí. La Guía  "Comprar social" es uno de los instrumentos elaborados por la Comisión para mejorar la comprensión de las normas europeas sobre los mercados públicos en este sentido. "Comprar social" es fruto de la cooperación entre mis servicios y los de la Dirección General de Empleo. Se trata de una herramienta muy concreta, destinada a ayudar a los agentes públicos que quieren comprar bienes y servicios de manera socialmente responsable. Asimismo, explica el abanico de posibilidades ofrecidas por las normas europeas en materia de mercados públicos para tener en cuenta aspectos sociales a lo largo de las diferentes fases del proceso de convocatorias públicas, garantizando una igualdad de acceso al conjunto de licitadores europeos interesados y un uso eficaz del dinero público.

 

Nathalie Domínguez / Foto: Archivo Comisión Europea