Escuchar en qué medida está incidiendo las tecnologías en el ámbito educativo, analizar sus virtudes y fortalezas y buscar soluciones a los desafíos más acuciantes han sido los propósitos del desayuno organizado por el Centro Nacional de Tecnologías de la Accesibilidad, Centac , y celebrado hoy en la sede de la agencia de noticias Servimedia.
Su director general, Juan Luis Quincoces, ha destacado el papel relevante que juegan las tecnologías en la inclusión educativa de las personas con discapacidad, y ha apelado a la necesidad de que tanto el sector privado como el público aúnen su esfuerzo para conseguir unos mejores y mayores resultados.
En el desayuno, moderado por el director de Desarrollo y Comunicación de Servimedia, Arturo San Román, han participado Sonia Viñas, subdirectora de la Fundación Universia ; Irene López, maestra de educación especial, audición y lenguaje, y Mariela Fernández-Bermejo, presidenta de la Asociación Española de Profesionales de Accesibilidad Universal, Asepau .
LA ACCESIBILIDAD COMO SENDA DE INCLUSIÓN
En lo relativo al nivel y calidad de las tecnologías accesible como método de inclusión educativa, Viñas ha explicado que “en la universidad ha habido un avance significativo: crece exponencialmente el número de alumnos, pero todavía queda mucho por hacer”. Recordó que la mayoría de alumnos con discapacidad optan por la UNED, universidad a distancia, algo que acentúa aún más la garantía de la accesibilidad en los materiales y los servicios para garantizar una plena inclusión.
Por su parte, López apuntó a que “nos encontramos en un punto de inflexión”. Especificó que hasta ahora, en el ámbito educativo existía un modelo de integración, en el que las personas con discapacidad se adaptaban a la accesibilidad que les ofrecían los centro, mientras que, ahora, está emergiendo un modelo más justo, el modelo inclusivo, que estudia las necesidades específicas del alumnados para conformar los materiales a partir de ellas.
Fernández-Bermejo quiso poner en este sentido el acento sobre el profesorado, sector que no debe quedar de lado en el asunto, ya que, si bien es crucial que los alumnos accedan a través de las tecnologías a los contenidos, no menos decisivo es que los profesores reciban una formación adecuada para dominar esas tecnologías y poder sacarles el máximo provecho. “Hay que reparar cuando antes la brecha digital entre los profesores”, apostilló.
Pese a que la accesibilidad es un instrumento irrenunciable para garantizar una correcta inclusión educativa, López quiso manifestar que, en modo alguno, puede sustituir la asistencia en aquellos casos en los que la discapacidad no la impida. “Hay que aplicar las tecnologías dentro de las aulas, no sólo fuera de ellas”, remachó.
LA CONCEPCIÓN DE LA ACCESIBILIDAD
Otro momento interesante del desayuno fue cuando se abordó la concepción del diseño: “por lo general, lo que se hace es adaptar materiales ya existentes; hay que cambiar este paradigma e introducir la accesibilidad desde el origen de los mismos”, propuso Viñas.
Fernández-Bermejo recalcó esta idea: “hay que intentar que la accesibilidad esté presente desde la concepción de cualquier diseño. La accesibilidad universal está en la base de cualquier buen diseño, pero lo cierto es que, en el fondo, no deja de ser algo secundario”.
También López secundó el planteamiento, añadiendo que “la clave para que la accesibilidad se contemple desde el inicio es que se interiorice que el diseño universal no sólo atañe a las personas con discapacidad, sino que todos, tengamos o no una discapacidad, no podemos beneficiar de él”.
EL COMPROMISO DE LAS EMPRESA
Si bien la accesibilidad universal y el acceso a la educación están garantizados por ley, la realidad nos muestra que la norma no procura por sí misma su cumplimiento. Existe un régimen sancionador, por ejemplo, que obliga a que las instituciones públicas, las entidades privadas que prestan servicio público o aquellas organizaciones que reciben fondos públicos tengan portales o páginas web accesibles, pero esto no ocurre.
“Por ello es necesario, más que la obligación, que también debe de estar puesto que hay que reparar una discriminación existente, alicientes para que las empresas se involucren en el asunto de la accesibilidad, que lo asuman como parte de su ideario, de sus propósitos y principios”, explicó Viñas.
“En ocasiones, las empresas se involucran en aquellos proyectos de mayor impacto, es decir, que prefieren apoyar proyectos con un mayor número de usuarios que financiar otros más novedosos, más necesarios incluso pero destinados a un mayor número de gente”, añadió López.
“Al final, deberían verlo siquiera como una cuestión de mercado. Se trata de ampliar los posibles clientes. Perfecto, abramos el nicho de la discapacidad, hay un potencial enorme en ella”, cerró Fernández-Bermejo.
A este respecto, Quincoces reivindicó el compromiso de algunas empresas que, como Fundación ONCE , Vodafone o Telefónica llevan años apostando por mejorar la calidad de la accesibilidad en la educación.
Esther Peñas
Foto: Carmen Sayago