Unicef alertó este lunes de que uno de cada tres menores de todo el mundo que no están escolarizados vive con algún tipo de discapacidad, lo que a su juicio demuestra que este grupo social se enfrenta a más dificultades para acceder al sistema educativo.
Así lo manifestó Ana Muedra, técnica de Programas de Unicef, durante las jornadas 'El derecho a la educación de las niñas con discapacidad' organizadas por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi), la Fundación Cermi Mujeres y el Ministerio de Educación, celebradas este lunes en la sede del Centro Nacional de Innovación e Investigación Educativa (Cenie).
Ana Muedra comentó además que en la actualidad todavía existen muy pocos datos sobre infancia femenina con discapacidad, y señaló que desde Unicef se trabaja para crear comités para abordar los problemas de la educación en los que se da voz a los niños, teniendo siempre en cuenta entre sus componentes la discapacidad y la perspectiva de género.
En este sentido, la representante de Unicef llamó a seguir invirtiendo en educación, "porque con los esfuerzos que se han hecho se ha logrado en muchos países alcanzar la paridad de género en la enseñanza Primaria", por lo que en su opinión, si se persevera en esta línea y se trabaja de la misma forma en niveles superiores, se podrían producir avances similares.
Por su parte, Nadia Criado, responsable de evaluación de Programas de Unicef, desgranó el detalle de algunos de los programas que la ONG desarrolla en todo el mundo, y abogó por que "las políticas no deben quedarse en la teoría, sino que deben ser llevadas a la práctica".
Por otro lado, Sonia González, responsable de Programas Locales de Plan International, desgranó algunos datos que su organización ha logrado con base en las conclusiones de su trabajo, si bien puntualizó que no existe mucha información oficial al respecto.
En concreto, del casi millón y medio de menores atendidos por la ONG, los que tienen algún tipo de discapacidad corren un riesgo 10 veces mayor de no ir a la escuela. Además, indicó que mientras las niñas con discapacidad multiplican el peligro de sufrir violencia, las niñas corren este riesgo en el caso de las agresiones sexuales.
Por último, las jornadas celebradas en la sede del Cenie concluyeron con el testimonio de una niña procedente de Zaragoza, que puso voz a la infancia con discapacidad. De esta forma, enumeró las dificultades a las que tiene que enfrentarse en el día a día para poder estudiar al mismo ritmo que sus compañeros, e hizo hincapié en la relevancia que tiene el acceso a la educación por parte de todos los menores, independientemente de si tienen alguna discapacidad.
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