El número de universitarios que presentan algún tipo de discapacidad ha pasado de los 7.000 registrados en 2007 -año en que se elaboró el Libro Blanco sobre la Universidad y Discapacidad- a 16.000 en 2011, según los datos recogidos por la Secretaría General de Universidades del ministerio de Educación. Este alza en la ocupación de nuestras aulas de enseñanza superior en algo más de un 100% son buenas noticias para el sector de la discapacidad, pero aún se pregunta ¿son suficientes alumnos?
El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi ) se ha hecho eco de estos datos y en una nota de prensa "ha exigido al Ministerio de Educación y al resto de administraciones educativas que adopten medidas de acción positiva para promover la inclusión educativa del alumnado con discapacidad en el sistema universitario español, donde continúa claramente infrarrepresentado".
Entorno universitario
El Cermi ha destacado que uno de los motivos que ha favorecido la mayor integración de los alumnos con discapacidad en las listas universitarias, es "la extensión de los servicios de atención a estos estudiantes y en general han mejorado las condiciones del entorno en que se cursan los estudios".
Sin embargo, una de las mayores barreras que siguen frenando la posibilidad de finalizar el ciclo formativo son las múltiples exclusiones, que exigen más "medidas de acción positiva para garantizar su derecho a la inclusión educativa".
Los datos disponibles por el sector de la discapacidad relativos a la accesibilidad de los campus nacionales son imprecisos, señalan desde el Cermi. Si bien es cierto, la legislación a este respecto ha sido llevada hasta las universidades, las cuales se han visto obligadas a mejorar la accesibilidad del entorno que les rodea y que, en muchos casos, debido a la antigüedad de los mismos era intransitable para los jóvenes con discapacidad.
Para el Comité, el temor a un posible freno en este ritmo evolutivo en materia de accesibilidad viene causado por los recortes educativos. Por ello, "exigimos a las Administraciones educativas que no abandonen estas inversiones en ningún caso", alerta.
Titulación y empleabilidad
Desde el Comité, animan a los jóvenes estudiantes a completar su ciclo formativo incluyendo en él la universidad. "Cuando se trata de personas con discapacidad con titulación universitaria, la tasa de actividad se eleva al 55% (casi 20 puntos más que la tasa general de discapacidad), lo que prueba que la formación y la cualificación mejora considerablemente la empleabilidad de este grupo ciudadano. Resulta imprescindible, pues, promover la inclusión educativa de la discapacidad en la enseñanza superior para que se normalice su situación laboral".
Nathalie Domínguez
Fuente: Cermi