Alrededor de 7.500 estudiantes con ceguera o discapacidad visual grave de toda España afrontan estos días la vuelta a la actividad escolar y académica, exactamente igual que el resto de sus compañeros y amigos, gracias a su esfuerzo y al apoyo específico de los equipos de la ONCE y de las Administraciones educativas.
Según informó este lunes la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) en un comunicado, el 99% de estos estudiantes se escolariza en centros de enseñanza ordinarios, es decir, siguiendo el principio de la inclusión educativa.
Para ello, los profesionales que componen los Equipos Específicos de Atención educativa a personas ciegas (fruto de convenios de colaboración entre la ONCE y las Administraciones educativas) trabajan para planificar el conjunto de intervenciones que llevarán a cabo durante todo el curso escolar con este alumnado, sus profesores y familias.
POR NIVELES
En función de las cifras facilitadas por la ONCE, este curso académico casi 1.000 estudiantes ciegos o con discapacidad visual se preparan en la Universidad para obtener los conocimientos y aptitudes que les cualifiquen para su posterior incorporación al mercado laboral.
En los demás niveles educativos, 1.464 escolares comienzan la Educación Infantil; 1.421 están escolarizados en Educación Primaria; 952 han llegado a la Educación Secundaria Obligatoria; 267 cursan Bachillerato; 195 se preparan en la Formación Profesional, y 2.200 están inscritos en otro tipo de enseñanzas.
Este alumnado, independientemente de su lugar de residencia, recibe el apoyo especializado de alguno de los Equipos Específicos de Atención Educativa, repartidos por todo el Estado para garantizar la atención a los estudiantes en todas las etapas educativas y en todos los puntos geográficos. A su vez, estos Equipos dependen estructuralmente de alguno de los cinco Centros de Recursos Educativos de la ONCE, ubicados en Alicante, Barcelona, Madrid, Pontevedra y Sevilla.
Para cada alumno se elabora un Plan Individualizado de Atención, según sus necesidades, y se le asigna un docente itinerante encargado, entre otras funciones, de asesorar al centro, al profesorado de aula y a las familias y de realizar el apoyo directo que necesite cada alumno.
Además, el maestro de apoyo itinerante coordina y realiza el seguimiento de la intervención del resto de los profesionales del Equipo Específico, con el objetivo de conseguir la mayor autonomía del alumnado y responder a las necesidades planteadas por el profesorado de los centros y las familias.
En cada nuevo curso, los servicios de producción bibliográfica de la ONCE trabajan intensamente para que el alumnado con ceguera pueda disponer, desde el primer día de clase, de los mismos libros de texto que sus compañeros, solo que transcritos al sistema braille, así como de toda la documentación necesaria (apuntes y cualquier otra documentación de interés) en formato accesible.
Muchos de ellos, cuentan además con adaptaciones tecnológicas e informáticas facilitadas por la ONCE para seguir el curso en igualdad de condiciones que el resto de sus compañeros, tales como ordenadores con síntesis de voz, anotadores y calculadoras parlantes o impresoras en braille, entre otras.
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